02 de diciembre de 2003
Fráncfort, Alemania, (EFE).- El presidente de la FIFA, Sepp Blatter, aseguró hoy que no volvería a hablar más con el llamado G-14, que agrupa a los catorce clubes más poderosos de Europa, al que no reconoce como interlocutor válido.
"No hablaré más con el G-14 como grupo. No es una institución legitimada en Europa ni en el fútbol europeo", dijo hoy Blatter en Fráncfort al comienzo de la semana de sesiones de la FIFA.
Blatter rechazó además la exigencia del portavoz del G-14, Karlheinz Rummenigge, que pide que los clubes sean indemnizados con 70 millones de euros por ceder a sus internacionales para la Eurocopa 2004 y el Mundial 2006. El presidente de la FIFA restó importancia a las amenazas del G-14 de recurrir a un tribunal ordinario para dilucidar la cuestión.
Blatter considera que ha llegado el momento de fortalecer a las federaciones nacionales y a la FIFA frente a los clubes lo que deberá ocurrir en el congreso de París en mayo de 2004.
Para ese congreso, Blatter prepara una resolución que deberá evitar que los jugadores sean recargados por el esfuerzo por sus patronos y poner coto "excesos económicos" de algunos clubes.
Si la resolución se aprueba, los clubes podrían recurrir a sus jugadores en un máximo de 45 partidos de competiciones nacionales por temporada con lo que sería inevitable una reducción del tamaño de algunas ligas, que la FIFA procura lograr desde hace un tiempo. Ello traería como consecuencia que las ligas europeas reduzcan el número de equipos a entre 16 y 18.
La única liga europea importante que cumple con ese requisito es la alemana, con 34 jornadas de la Bundesliga, seis rondas de la Copa de Alemania, que se juega a partido único, un y máximo tres partidos en la Copa de la Liga.
En Inglaterra, Italia y España, en cambio, habría que introducir recortes sustanciales.
Sin embargo, Blatter insiste en mantener el controvertido mundial de clubes y ampliarlo de 12 a 16 equipos a cambio de lo cual la Copa Confederación se jugaría sólo cada cuatro años, siempre doce meses antes del Mundial como especie de ensayo general para el país sede.