1.- El cachorro no comprende el lenguaje humano. Háblale enérgicamente, utilizando órdenes cortas seguidas de un lenguaje corporal.
2.- Enséñale pocas cosas, pero que las aprenda a conciencia.
3.- No utilices su rincón para castigarle. Lo asociará con una mala experiencia y dejará de ser un lugar donde el animal se siente protegido.
4.- Regáñale cuando lo pilles “in fraganti” y no al cabo de diez minutos o media hora.
5.- El cachorro tiende a elegir un solo amo, éste debe ser el único que se encargue de su educación. El resto de la familia debe colaborar sin contradecir las órdenes enseñadas al pequeño.
6.- La educación tiene que ser una diversión y un placer. Aprovecha los ratos de juego para educarle.
7.- No abuses de los premios de comidas. Harás de él un goloso empedernido. Redúcelos y sustitúyelos por las caricias y el halago verbal.
8.- Nunca le des tirones fuertes ni le pegues con la correa; no es un instrumento de tortura sino de placer.
9.- No restriegues su hocico en los excrementos. Con ello sólo conseguirás un perro aterrorizado.
10.- No le des de tu comida; le incitarás a ser un pequeño ladrón del cubo de basura.
Los cinco errores del amo
¿Vida social? Cuanto antes.
Las salidas a la calle no están prohibidas, pero sí relacionarse con otros animales antes de completar sus vacunas: hay gran riesgo de contagio graves.
El veterinario es para enfermos.
Además de curar, este profesional aconseja sobre la educación y cuidados básicos que evitarán grandes males. Las revisiones periódicas en los primeros meses son ineludibles.
Medicarlo por cuenta propia.
Correrás riesgos importantes de intoxicación y alergias. Tampoco olvides que cada mal tiene un remedio, y una infección puede confundirse con un catarro. El riesgo es grave.
Regañarle a destiempo.
No sirve de nada reprenderlo fuera del lugar, ya que no comprenderá el motivo del enfado y sólo servirá para confundirlo. Para que la lección sea efectiva habrá que pillarle en la fechoría.
Darle de comer de todo.
Los desperdicios de la comida, huesos y chocolates no es una alimentación adecuada para la mascota, ocasionará desnutrición, parásitos e intoxicaciones. Los alimentos especiales para mascotas son balanceados y específicos para la edad, la talla y la actividad que desempeñan.