Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Pequeñas especies / ¡Hoy, hace veinticinco!

M. V. Z. Francisco Núñez González

Al despertarme y recordar la fecha de hoy, me di cuenta que hace veinticinco años me encontraba algo nervioso, anudando la corbata repasaba mentalmente las posibles respuestas para enfrentarme a tres sinodales cada uno con diferente especialidad para sustentar mi examen profesional de Médico Veterinario Zootecnista. Después de haber pasado por algunos trámites como, la solicitud de fecha del examen, sorteo del jurado, revisión y entrega de tesis, donación libros a la biblioteca de la Facultad, vueltas y vueltas a Rectoría, pagos aquí y allá, firmas de autorización, por fin se llegaba el día más importante de mi carrera.

Afortunadamente conseguí empleo de veterinario rural en el Estado de Durango, grandes recuerdos guardo de aquellas gentes nobles, la mayoría de ellas de condiciones humildes quienes tenían como principal patrimonio sus animales, al principio había poco trabajo, era natural, ¿por qué confiarían en un joven desconocido? Al cabo del tiempo la misma gente se encargó de recomendarnos y el trabajo fue en aumento, cesáreas en pleno campo, cirugías de media noche donde la sala de operaciones no era más que la paja de un corral y las lámparas del ?quirófano? las luces del vehículo del dueño del animal.

Llegamos a ser los héroes al salvar sus animales y los más crueles villanos al no poder hacer ya nada por ellos. Aunque había trabajo, no había remuneración, el servicio que otorgábamos era gratuito por parte de la Secretaría de Agricultura y Ganadería, yo dependía de mi familia, pues el primer sueldo se pagaban hasta después de tres meses de haber ingresado al sistema de gobierno.

Volviendo al presente, todos en la vida nos hemos preguntado; si hubiese otra oportunidad de haber hecho de nuestra vida algo diferente, sin temor a equivocarme, ?me tropezaría con la misma piedra? me volvería a dedicar a la salud de los animales, aunque llevo la mitad de mi vida dedicado a ello, las satisfacciones han sido mayores a los tragos amargos, porque también los hay, y si no lo menciono mentiría, en esta especialidad tan extensa y tan difícil ahora tan competida, no solamente nos enfrentamos con la enfermedad de la mascota, sino con el propietario, en más de las veces.

En ocasiones hay clientes que les incomoda el olor a perro de la clínica y tienen razón, solamente pienso, gracias a Dios que huele a perro y no sólo la clínica sino también yo, de lo contrario no tendría trabajo. Ser veterinario no es solamente cuidar a los animales, es sobre todo amarlos, interpretarlos y entenderlos.

Aun recuerdo después de haber deliberado los sinodales el fallo en secreto, nos dan un ligero estirón de orejas y nos exhortan a seguir estudiando, y lo más emotivo, el juramento, donde nos comprometemos a cuidar la salud y evitar el sufrimiento de los animales, el bienestar de la sociedad y ante todo la ética y respeto al gremio veterinario, momento que jamás olvidaré.

Ser veterinario es comprender que todos nosotros podemos estudiar veterinaria, pero no todos seremos veterinarios.

peqesp@hotmail.com

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 62474

elsiglo.mx