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Pequeñeces / Hombres

Emilio Herrera

Hay épocas en que abundan los hombres, de uno y de otro bando, los buenos y los malos, si usted quiere; entre nosotros allí están todos los de la Reforma. Las hay también en las que no se encuentra uno ni para remedio y se tiene que echar mano de lo que se tiene aun para los puestos de mayor responsabilidad. Por eso nuestros vecinos recurrieron a Bush, y nosotros, aunque totalmente engañados, a Fox. Y uno por exceso y otro por falta de autoridad traen a sus respectivos países como los traen.

Pero, en fin, la noticia del día sigue siendo la guerra. La guerra vista de un solo lado, porque a la televisora del otro ya la dejaron muda de un bombazo inteligente, pero, según eso, equivocado y sin la menor intención.

Así, pues, de lo único que nos enteramos una y otra vez, durante cada día, es de las quejas del ejército vecino que se asombra de que, también a ellos los otros les causen bajas, cuando que eso, según parece, no estaba en el ?script?, guión o manuscrito que Bush les leyó antes de embarcarlos rumbo a Iraq, donde agregó, serían recibidos con abrazos y besos de parte de los iraqueses. Y ahora los jóvenes militares por sí mismos han confirmado la verdad que encierra aquello que se dice que en el amor y en la guerra todo es permitido, incluidas más mentiras, que, mientras más grandes, mejor. Y no se diga de parte de un gobernante.

También vemos y oímos, ¡pero cómo no! el llanto de alguna madre norteamericana que lamenta la muerte de su hijo que fue a la guerra y que no acaba de comprender, como tampoco comprende, pero sí su dolor como igual al suyo, el de las madres iraqueses que se encuentran en la misma situación.

También vemos, gracias a la CNN, el pésame que Bush puede dar a esa madre su compatriota que lo recibe sin agradecerlo mucho, pues no le devuelve al hijo. De todas maneras son atenciones que todavía puede ofrecer, pero que le será imposible cumplirlas si la guerra dura lo que ya se teme, es decir, meses y aún años. Y es que de Oriente Medio es algo de lo que Bush, seguramente, apenas si tiene noticia. Él cree, por ejemplo, que vivir como se vive en su país es lo mejor que le puede suceder a cualquiera.

Y no, hay por allá otros valores. Él, por ejemplo, a fin de cuentas, va por el petróleo (si no lo tuviera Iraq, como lo tiene, su ejército seguiría haciendo prácticas en su país y a destruir para poder construir que también es negocio, y se encontró con la sorpresa de la resistencia en lugar de los abrazos y besos, porque a las invasiones todavía se les enfrenta con los centenarios gritos de Alá no espera, el viejo rifle en una mano y la enseña del profeta en otra y esto ¿cómo lo va Bush a comprender?

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