Viven zozobra comunidades cercanas a la ribera. Se han recibido "infinidad" de llamadas auxilio, asegura Alcalde de Matamoros.
MATAMOROS, COAH.- En constante zozobra han mantenido las fuertes avenidas del río Aguanaval a los habitantes de comunidades cercanas a la ribera, autoridades municipales y corporaciones policiales desde el pasado fin de semana, ante la amenaza constante de inundar algún poblado, lo que hasta ayer no ocurría.
El agua comenzó a llegar el sábado 20 a la parte baja del río, a consecuencia de las lluvias ocurridas en el Estado de Zacatecas, donde nace el Aguanaval y desde entonces no ha dejado de correr, a veces con menos volumen, a veces con más, pero siempre constante.
La Comisión Nacional del Agua dio aviso de inmediato a las autoridades del Estado de Durango y Coahuila, así como a los municipios laguneros donde pasa el río, a fin de tomar las medidas preventivas del caso.
Primero eran 100 metros cúbicos por segundo (m3/s), luego 150, más tarde 200 y la tarde del martes alcanzó los 350 m3/s en la parte baja, lo que hizo temer algún desbordamiento en la margen izquierda principalmente, que es la más susceptible y donde han llegado a presentarse en anteriores ocasiones.
A los habitantes de Congregación Hidalgo se les enchina la piel cuando son avisados que el Aguanaval trae agua, pues tienen muy frescos los recuerdos de noviembre de 2000, cuando tuvieron que abandonar sus viviendas ante la fuerza de la corriente que rompió las débiles barreras colocadas por ellos mismos y trabajadores de la CNA.
En esta ocasión el agua sólo llegó a la carretera de La Herradura, entre Congregación Hidalgo y San Antonio El Alto, pero impidió el paso por ese lugar y a punto estuvo de incomunicar a los cientos de habitantes del sur del municipio, ya que la corriente alcanzó también el puente de El Dólar -al otro lado de La Herradura-, pero sólo fueron diez centímetros de altura, que no fueron suficientes para suspender el paso de vehículos, salvo algunas horas de la madrugada de ayer.
Por el lado de Nueva Reynosa, ya en el municipio de Viesca, se rompió un bordo a unos 500 metros de distancia, rumbo a San Francisco y el agua llegó a la carretera, pero todavía por la tarde era transitable.
En el ejido Margaritas, del municipio de Viesca, también cercano al Aguanaval, los vecinos solicitaron ayuda de la Comisión Nacional del Agua para levantar bordos, pues el agua se acercaba peligrosamente a sus viviendas y temían por su seguridad.
El alcalde matamorense, Felipe Medina Cervantes, quien coordinó los trabajos de auxilio y apoyo a los habitantes, dijo que se habían recibido infinidad de llamadas de auxilio, algunas de las cuales resultaron falsas alarmas, pero afortunadamente no se habían presentado situaciones de emergencia, hasta la tarde de ayer.
El Edil informó que una empresa embotelladora de refrescos, como muestra de solidaridad con los matamorenses, donó 250 cajas de agua purificada, de 12 litros cada una y tres mil metros cuadrados de hule, que serán distribuidos a las personas que más lo necesiten.
“Los regidores de oposición sólo han resultado buenos para criticar, pero ahora que los quiero ver en los trabajos de apoyo a la gente, ni por accidente me los encuentro donde deberían andar trabajando”, comentó molesto Medina Cervantes.
Por su parte, Rogelio Martínez del Bosque, regidor por la UDC, manifestó que el Alcalde no invitó a ningún regidor de oposición a la reunión previa para la formación de comisiones de trabajo en el Aguanaval, “para pararse el cuello y hacernos quedar mal”.
Elementos del Ejército Mexicano trabajan también en las labores de auxilio donde se ha requerido desde el domingo pasado, recorriendo los puntos críticos para entrar en acción en caso necesario y es común verlos a lo largo del río.