Las coincidencias y las disidencias entre México y Estados Unidos se resuelven, definen y manifiestan siempre en el terreno político-diplomático. Esto podría parecer un lugar común, pero no lo es. Porque si nosotros analizamos la historia de las relaciones internacionales, encontraremos que en la mayoría de los casos las relaciones bilaterales no han podido quedar circunscritas a una definición de carácter político-diplomático, sino que ha tendido hacia definiciones de carácter estratégico-militar.
“Es el caso de las relaciones entre países latinoamericanos que se suponen hermanos, pero que han tenido profundas diferencias territoriales o de otro tipo, y encontramos que existe una manifestación explícita de la relación en el terreno militar y si buscamos países en el Medio Oriente, como Irán e Irak, encontraremos que su relación militar es muy evidente. China y la Unión Soviética, que son los dos países socialistas con dos revoluciones muy hermanadas en un principio, remiten al mismo problema. Nos damos cuenta entonces, que en las relaciones internacionales en donde dos países tienen fronteras conflictivas, casi nunca se excluye de la política el escenario militar.
Sin embargo, en la relación con Estados Unidos, México ha excluido de forma casi total el escenario militar. Por razones no simplemente de realidades muy dispares en cuanto el potencial militar, sino también porque históricamente México ha logrado trasladar totalmente fuera de este ámbito sus posibilidades de reafirmación, de disidencia y de confrontación con Estados Unidos ¿por qué?”.
Encuentro De la Madrid-Reagan. El 14 de agosto de 1983, se reunieron los presidentes de México Miguel de la Madrid Hurtado y el de los Estados Unidos, Ronald Reagan en La Paz, B.C. y que fue realmente amistoso, según aparece en una revista de circulación nacional con fecha de 25 del mes y año citados, que dice: “De acuerdo a como estaba anunciado, los presidentes de México y Estados Unidos se reunieron el 14 de agosto, en la ciudad de La Paz, Baja California Sur. El encuentro duró más de cinco horas y se distinguió por la cordialidad que privó en todos los actos. Los dos ejecutivos se estrecharon amistosamente las diestras... Interesante fue el contenido de la agenda. Quedaron estudiados asuntos bilaterales y desde luego de América Central.
Atrás de los presidentes De la Madrid y Ronald Reagan, se pueden observar a John Gavin, Embajador de E.U. en México; Bernardo Sepúlveda Amor, Secretario de Relaciones Exteriores y George Schultz, Secretario de Estado del vecino país del norte.
Los Estados Unidos –señaló el presidente Reagan- negociarán la compra de más petróleo a México. De la misma manera anunció más créditos para la compra de granos...”.