Muchas de las manifestaciones mentales, sanas o enfermas, continúan sin tener una explicación científica, aunque esto no significa que no exista.
Muchos de los conocimientos actuales, respecto a las manifestaciones del cerebro, se tuvieron apenas hace 20 años. Las neurociencias y la psiquiatría como consecuencia, las alteraciones emocionales del pensamiento (delirios) o de la percepción sensorial (alucinaciones) tienen ahora una explicación más racional y objetiva, pero no absoluta.
Manifestaciones de la personalidad normales, también se explican en buena parte por la genética, la neurociencia y la psicología moderna. Tanto en las enfermedades, como en las manifestaciones mentales sanas, existen enormes lagunas, es un campo apasionante de la biología humana que se encuentra en pleno crecimiento y que nos depara enormes sorpresas respecto a la esencia misma de lo que somos, ahora es menos misterio y más conocimiento y lo desconocido ya no tiene el misticismo de antes (debiera no tenerlo).
Una de las manifestaciones cerebrales aún enigmáticas es la que se denomina trastorno de identidad disociativo, también llamado ?personalidad múltiple? qua ha servido de base indudablemente a la fantasía popular y a temas de películas como ?El Exorcista? u otras donde se manifiestan varias personalidades en una sola mente.
La prevalencia en 1984 se reportó en el 0.01 por ciento de la población general y el 3 por ciento de los pacientes internados en sanatorios mentales. En 1994, en USA, se encontró una frecuencia del 1 por ciento, el gran aumento de la frecuencia encontrada se explica por la dificultad que han tenido los médicos no psiquiatras para hacer el diagnóstico, incluso para los psiquiatras, ha sido difícil de diferenciar de la esquizofrenia. El padecimiento se puede encontrar en niños, pero es más común en adolescentes y hasta los 30 años, por arriba de esta edad es raro.
Uno de los antecedentes importantes es la presencia de una personalidad histérica que tiene como característica ser relativamente sugestionable e hipnotizable; la tercera parte de estos pacientes han mostrado síntomas de epilepsia parcial ?de semiología compleja? (crisis donde no se pierde la conciencia pero aparecen alteraciones alucinatorias, ilusorias, delirantes o emocionales) y se debe generalmente a lesiones del lóbulo temporal cerebral.
La depresión emocional crónica es más común en estos pacientes, así como el consumo de drogas, la anorexia nerviosa y trastornos sexuales son también más comunes, una de las pruebas para diferenciar la esquizofrenia de la personalidad ?múltiple? es que los esquizofrénicos difícilmente se hipnotizan y los histéricos son relativamente fáciles de sugestionar hasta el trance hipnótico. Los antecedentes de abuso sexual o maltrato físico o psicológico en la infancia son frecuentes en este tipo de pacientes; la frecuencia del padecimiento es mayor en el sexo femenino.
La personalidad múltiple se manifiesta con la sensación de que existe más de una personalidad en la mente del paciente, es común que dichas personalidades estén en conflicto constante y con perfiles psicológicos diferentes. Una de ellas ser tranquila, disciplinada y es moral; la otra es agresiva, inquieta y desinhibida; pueden existir más de dos personalidades y la auténtica, puede estar confundida y angustiada.
La experiencia es aterradora por las alucinaciones auditivas que se presentan, ya que insultan, agreden y amenazan, tanto a la paciente como al terapeuta. La personalidad parásita toma autonomía, pelea, piensa y siente por sí misma.
Durante las conversaciones con estas personalidades refieren miedo de que el terapeuta las ?mate? por lo que se muestran desconfiadas, ansiosas y amenazantes, quien haya visto la película de ?El Exorcista?? y quitando las fantasías de la posesión diabólica estará viendo el cuadro clínico de la personalidad múltiple.
El tratamiento con frecuencia es equivocado porque se confunde con esquizofrenia y los medicamentos para este padecimiento son inútiles en la personalidad múltiple. Los tranquilizantes y antidepresivos son usados, pero el tratamiento más importante está en la psicoterapia de sugestión, es difícil para la paciente y el terapeuta.
Los resultados son impredecibles y las recaídas frecuentes, necesita del apoyo familiar que puede ser difícil por lo impresionante de las manifestaciones clínicas y la facilidad con la que se llega a creer en orígenes mágicos como posesiones (diabólicas o divinas) y se intenten curaciones con cualquier tipo de ritos que por su impacto psicológico se causa más daño.
El saber quiénes somos, fuimos y pretendemos ser constituye la conciencia de nuestra personalidad; esta sensación es producto del complejo funcionamiento del cerebro que implica recuerdos, emociones y pensamientos.
En esta complejidad han de existir estructuras y funcionamientos claves, aún no conocidas que determinan con mayor o menor intensidad. En esta sensación de identidad existen algunas interrogantes que pueden ser base para investigaciones de neuropsicología como porque el cerebro femenino está con mayor riesgo de sufrir esta enfermedad, el sufrimiento infantil y el sentimiento de culpa como pueden participar en la causa de este problema.
Algo tan natural como sentirnos únicos y nosotros mismos, es difícil pensar en perderlo, y sin embargo sucede sin que hasta la fecha tengamos una explicación adecuada por lo que la ayuda que podemos dar a estos pacientes es limitada y los condena a la confusión, depresión pero sobre todo al miedo que puede llegar a ser pánico.