Torreón, Coah.- Las armas empleadas en el asesinato de Cipriano Floriano Navarrete, fue el motivo más que suficiente para que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) se deslindara de la investigación y se declarara incompetente para “turnarla a otra autoridad”.
Ese fue el pretexto que se argumentó en la citada dependencia para que se remitiera el caso del crimen del comandante del grupo antisecuestros a la Procuraduría General de la República (PGR), donde fue “revisada, analizada y radicada”, el 24 de mayo del año en curso.
Fuentes extraoficiales allegadas a la PGJE, señalaron que “las armas de uso exclusivo del ejército y las fuerzas armadas” fue el factor que se necesitó para dejar inconclusa la investigación y que fuera la PGR la que le diera continuidad.
El nueve de octubre de 2002, el comandante del grupo antisecuestros Cipriano Floriano Navarrete, cayó víctima de las ráfagas asesinas de varios gatilleros que lo esperaban en las afueras de su casa ubicada en calle Piscis del fraccionamiento Satélite.
Desde que el pasado mes de mayo en que recibiera el expediente con todas las investigaciones realizadas hasta el momento por el Ministerio Público, la Procuraduría General de la República, tampoco ha dado muestras de avances significativos en la indagatoria de esta ejecución.
Más aún, autoridades de la dependencia federal se muestran renuentes a hablar del tema, que para muchos es espinoso porque se relaciona a capos del narcomenudeo —a gran escala— con algunos funcionarios de dicha instancia.
Varios especialistas en la materia han manifestado que más que “competencia federal”, la PGJE se desligó de esta investigación, por temor a descubrir posibles nexos de la mafia del narco con los funcionarios federales, por lo que les fue más fácil “lavarse las manos”.
Abogados penalistas dijeron que lo que se avizora es un nuevo caso que se sumará a la interminable lista de crímenes que han quedado impunes.