El Instituto Nacional de Antropología e Historia envió un oficio al Ayuntamiento para que retiren los dos “refugiatones” de Carlos León de la Peña y 20 de Noviembre porque rompen con la arquitectura y panorámica del edificio de la sucursal del Nacional Monte de Piedad recién remodelado.
El presidente de la Comisión de Desarrollo Urbano y Obras Públicas, Ernesto Resendiz Cisneros, confirmó ayer que esto también conlleva a analizar la posibilidad de reubicar la parada de autobuses y de los comerciantes de alimentos que hay en esta zona.
El director del INAH, Alberto Ramírez Ramírez, dijo, envió un oficio a la Comisión, y que ésta tendrá que platicar con la empresa respectiva para ver la posibilidad de la reubicación de estas estructuras metálicas que protegen al peatón de la intemperie y a la vez cumplen la función publicitaria.
Comentó que para poder lograr la reubicación de las estructuras metálicas pedirán la comprensión de la empresa, aunque explicó que se deberá analizar el tiempo vigente que tiene la autorización, debido a que no es una imposición ni un capricho del Ayuntamiento, sino que la reubicación es a petición del INAH, y se buscarán los lugares que a la empresa más le convienen colocarlos.
Reséndiz Cisneros reconoció que en estos lugares en donde se guarece la población funciona como una parada de autobús, y que se tendría que valorar si se reubica también, al igual que los comerciantes que operan alrededor.
Cabe señalar que el Nacional Monte de Piedad remodeló el edificio y que ahora para que no se rompa con la arquitectura colonial y su estructura y estética, es necesario retirar los “refugiatones”, y es el asunto que se tendrá que analizar al seno de la Comisión.
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Fernando Luna Contreras está por retirarse. Pasa del mediodía y está acomodando envases de refrescos y trastos en el triciclo que utiliza para vender tacos de barbacoa. Explica que tiene 23 años en la banqueta de Carlos León de la Peña, y que no ve conveniente su reubicación a otro sitio. “Sería como empezar de nuevo”, afirma.
No es el único que piensa así, pues su compañero, y a la vez competidor, Rafael Ávalos Varela, con 40 años en el lugar, precisa que ellos tienen permiso para trabajar solamente de las ocho de la mañana a las dos de la tarde, y que después de esa hora o antes se retiran.
Los dos comerciantes están instalados a un costado del edificio del Nacional Monte de Piedad, que luce remodelado estilo colonial. Fernando Luna señala que el permiso de este año costó 266 pesos, debido a que consiguió un descuento, porque lo que debió cubrir eran 320 pesos, y paga 107 pesos mensuales a la Secretaría de Salud.
Ambos coinciden en que antes de la posibilidad de una reubicación se tendría que platicar con quien se interese en ponerlos en otro lugar, para ver si les conviene.