16 de diciembre de 2003.
Ciudad del Vaticano, (Notimex).- La humanidad, enfrentada a una etapa nueva y más difícil de desarrollo, necesita hoy "un grado superior de ordenamiento internacional", Así lo afirma el Pontífice en su mensaje con motivo de la XXXVII Jornada Mundial de la Paz.
El mensaje, para la jornada que se celebra el próximo 1 de enero se titula "Un compromiso siempre actual, educar a la paz" y tiene como novedad una mayor referencia al tema del terrorismo y al papel de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Al presentar el mensaje, el cardenal Renato Martino, presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, dijo que "la ONU debe cambiar su "fría condición de institución administrativa" para convertirse en un "centro moral con el que todas las naciones se identifiquen".
En uno de los apartados del documento, denominado "La plaga funesta del terrorismo", se habla de que "el derecho tiene dificultades para ofrecer soluciones a las situación conflictivas del panorama del mundo contemporáneo".
Según Martino, no es la primera vez que Juan Pablo II menciona la necesidad de un cambio en la estructura de esta organización, no sólo a nivel de efectividad, sino también conceptual.
El Pontífice pidió "un significativo estímulo para una reforma que capacite a la Organización de Naciones Unidas para funcionar eficazmente en la consecución de sus propios objetivos estatutarios, todavía validos".
"El derecho internacional ha de elaborar ahora instrumentos jurídicos dotados de mecanismos eficientes de prevención, control y represión de los delitos", añadió el texto.
Martino, que durante una década fue representante de El Vaticano ante la ONU, recordó que la Santa Sede tiene estatuto de observador, con lo que, aunque no puede votar, tiene derecho de palabra y muchas veces "la opinión de la Iglesia en esta organización es requerida".
"La reforma de la ONU responde a la exigencia del hombre de hoy. La ONU ha contribuido a promover notablemente el respeto de la dignidad humana, la libertad de los pueblos y la exigencia del desarrollo", agregó.
Critica a Estados Unidos
El Papa Juan Pablo II criticó veladamente el martes a Estados Unidos y sus aliados por haber invadido Iraq sin aprobación de las Naciones Unidas, sugiriendo que habían sucumbido a la tentación del uso de la fuerza en vez de utilizar la fuerza de la ley.
El Pontífice apeló asimismo a las democracias que combaten el terrorismo a que se guíen por los principios de la ley internacional y que respeten los derechos humanos fundamentales.
El Vaticano no consideró a la guerra de Iraq como "una guerra justa" porque no estuvo apoyada por las Naciones Unidas y porque cree que eran necesarias más negociaciones para haber evitado la guerra.
El Papa dijo que era necesario que los estados eviten la "tentación de acudir a la ley de la fuerza más que a la fuerza de la ley". Asimismo, dijo que se deba cuenta de que la ley internacional estaba "muy presionada" actualmente debido a la presencia de grupos terroristas que no podían ser considerados como estados en el sentido tradicional de ley.
"El azote del terrorismo se ha hecho más virulento en años recientes y ha producido masacres brutales que a su vez han puesto incluso mayores obstáculos a la forma de diálogo y negociación", escribió. La fuerza tiene que ir acompañada de lo que llamó un "análisis valiente y lúcido de las razones tras los atentados terroristas".
La lucha contra el terrorismo tenía como objetivo la "eliminación de las causas fundamentales de situaciones de injusticia que frecuentemente llevan a la gente a (cometer) actos más desesperados y violentos".
Combatir el terrorismo "no puede justificar una renuncia a los principios del imperio de la ley", escribió y agregó que las decisiones políticas debe tener en consideración derechos humanos fundamentales.