MÉXICO, D.F.- Los números no lo favorecen, tampoco las excusas, así es que el seleccionador nacional, Ricardo La Volpe, decidió mostrar la bandera de la paz ante los medios de comunicación, en espera de otro borrón y cuenta nueva.
"No estoy contra ustedes -aclaró el timonel argentino, pese a que nadie solicitó la aclaración-. Necesito de la prensa".
Además, como respuesta a que en este momento carga con el peor inicio de un técnico al frente del equipo Tricolor, optó por los enredos.
"Cada técnico va en busca de los objetivos y las metas. Por un lado, los resultados, y por el otro, hacer el trabajo que no se hizo en el pasado. No es fácil renovar a una selección", explicó La Volpe.
Prosiguió su defensa: "Si le preguntamos a los organizadores, rompimos todos los récords de entrada hasta antes de este partido. En los últimos cinco encuentros había expectación".
Sin perder la calma, observó que la afición debe entender el proceso, el cual consiste en sacar una generación de jugadores con características similares a las de Benjamín Galindo, Alberto García Aspe y, el más reciente, Cuauhtémoc Blanco.
Después juzgó que las críticas de los aficionados obedecen a que se dejan influenciar por los medios de comunicación. "Se guían por lo que leen", y aseguró que la comprensión se logrará cuando la prensa capte su proyecto.
Incluso consideró que en un clásico, de pronto hay puras banderas amarillas, pero si gana el Guadalajara "son todos Chivas". Es entonces cuando catalogó de "villamelones" a la fanaticada local. "No es una palabra que inventé yo".
El reparto alcanzó a los directivos, pues alegó que mientras no haya un mandato de parte de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) que asegure un proceso de cuatro años, siempre existirá el riesgo de que se trunque.