Mientras que centenares de católicos se congregaron en la fiesta patronal de Nuestra Señora de los Ángeles para obtener la porciúncula –una indulgencia-, el obispo auxiliar Juan de Dios Caballero Reyes pidió a los fieles asumir el compromiso de vivir en obediencia al plan de Dios y enfrentar los retos de un mundo orientado a distanciarse de los sacramentos y la Iglesia.
En el marco de la fiesta patronal del conocido Templo de los Ángeles, administrado por frailes franciscanos, monseñor Caballero Reyes destacó que pese a que hay una tendencia fuerte a romper con los compromisos cristianos, debe emprenderse una lucha para instaurar el nombre de Cristo en todo tipo de actividades, sean políticas, empresariales, familiares, vecinales y académicas, asentó.
El hombre y la mujer de hoy no deben tener miedo a responder a las exigencias de un cristianismo auténtico y comprometido con las actividades pastorales y de evangelización, “tal y como lo hizo la Virgen María desde la Anunciación y la vida de Jesús”.
Pese a las complicaciones y distracciones que ofrece el mundo de hoy, los cristianos no deben perder de vista que existe “un Plan de Salvación, es decir, una vida eterna donde podremos contemplar a Dios”, enfatizó el Obispo auxiliar.
Asimismo, dijo que las mujeres y los hombres, conjuntados en familias, están llamados a la felicidad y la integración, como vivieron la Virgen María y San José.
Aunque hay muchos problemas de tipo social, violencia y situaciones de carácter económico, -apuntó- no hay pretextos válidos para renunciar a la felicidad, al amor familiar y al desarrollo espiritual, la oración y la vivencia de los sacramentos.
Finalmente exhortó a los fieles católicos que se congregaron en la fiesta patronal, a tomar actitudes vinculadas al amor, la solidaridad, la obediencia, la humildad y la lealtad a ser hijos de Dios, en un mundo que quiere distanciarse del espíritu cristiano.
DEVOCIÓN FRANCISCANA
Tras concluir el novenario de preparación, fieles católicos se congregaron en el Templo de Nuestra Señora de los Ángeles, como una de las devociones populares de la ciudad y para obtener la indulgencia plenaria o parcial que se concede entre el 1 y 2 de agosto, como un legado de San Francisco de Asís.
De acuerdo con la explicación pastoral, la porciúncula permite acceder al perdón de una pena temporal ya confesada; y genera una indulgencia parcial o plenaria, según se libere parte o totalmente la falta temporal.
Esta comparación o gracia, puede pedirse por sí mismo o por un difunto, puntualizó la reflexión franciscana expresada a los católicos que acudieron a esta fiesta patronal.
La porciúncula se llama así porque San Francisco de Asís “la obtuvo del mismo Jesucristo por intersección de la Virgen María en una capilla que reconstruyó y que ahora se conoce como la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles.
Arzobispo
La importancia de los medios
A los representantes de los medios de comunicación les corresponde ser parte del pastoreo social que se debe hacer con la sociedad, pues por el hecho de ser conductores y orientadores del mundo tienen la gran responsabilidad de actuar bajo los principios básicos de la moral, opinó el arzobispo Héctor González Martínez.
El clérigo manifestó que la Iglesia también requiere del apoyo de las empresas mediáticas para poder llevar su Evangelio a mucha más gente, razón por la que dijo preocuparse de que el trabajo de pastoreo sea responsable de parte de los comunicadores y de los dueños de los medios de difusión.
Monseñor González Martínez fue claro al precisar que quienes se dedican a la comunicación social tienen una gran responsabilidad con la sociedad, dado que son los valores y los principios humanos los que deben resaltar en el trabajo cotidiano.
Incluso, el jerarca del catolicismo en el estado de Durango se pronunció a favor de que los trabajadores de la comunicación traten siempre de ser competitivos dentro de las propias empresas en las que brindan sus servicios, ya que, reiteró, la labor de pastoreo en el mundo no solamente es asignatura de unos cuantos, sino también de los medios.
En el análisis de su propia gente, el Arzobispo de la Diócesis local reconoció que los sacerdotes necesitan estar continuamente en formación y no dejar las etapas de crecimiento como personas, “pues deben estar al día para atender más eficazmente a la gente que se acerca y espera mucho de nosotros”.
Consideró que son tres áreas las que se necesitan cultivar periódicamente en el sacerdocio como en el resto de las personas: la humana, para ser más y mejores personas; la intelectual, que implica estudio de la Sagrada Escritura y de cuestiones teologales; y la espiritual, sobre la cual reiteró es de las más importantes para “asemejarnos a Cristo Nuestro Señor”.