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SANTIAGO, CHILE.- Cuba marcó las discusiones de la XXXIII Asamblea General de la OEA ayer, pese a que su caso no estaba en la agenda, luego que Estados Unidos pidió apoyo a los demás países americanos para presionar al gobierno de Fidel Castro a abrirse a la democracia.
Cuba no participa de las deliberaciones de la Organización de Estados Americanos desde 1962, cuando fue suspendida del organismo hemisférico tres años después del triunfo de la revolución encabezada por Castro.
Sin embargo, la OEA no ha logrado consensuar una declaración sobre la situación en la isla, que fue ampliamente criticada hace unas semanas, cuando Cuba sentenció a 75 disidentes a largas penas de cárcel y ejecutó a tres secuestradores de un ferry que intentaron infructuosamente llegar a Estados Unidos.
“La gente de Cuba está mirando cada vez más a la OEA para que la ayude en la defensa de sus libertades fundamentales contra los atropellos de la única dictadura de nuestro hemisferio”, dijo el secretario de Estado estadounidense, Colin Powell, en la reunión anual del organismo que se realiza en la capital chilena.
Esta vez, la discusión sobre la democracia y las libertades públicas en Cuba no está presente formalmente en la agenda de la asamblea, pero Estados Unidos, el principal crítico del gobierno de Castro, lo instaló en el debate como lo ha hecho tradicionalmente en estos encuentros.
Powell recordó que la llamada “Carta Democrática” suscrita por los 34 integrantes activos de la OEA comprometía a los países americanos a luchar por la democracia en todo el hemisferio, sin excluir a Cuba.
El gobierno norteamericano intentó en mayo, en la reunión de embajadores de la OEA, una condena a los recientes acontecimientos contra opositores en Cuba, pero no consiguió suficiente respaldo.
La propuesta de Powell sólo halló eco inmediato en su colega canadiense, Bill Graham, quien dijo que el continente “requiere encontrar caminos constructivos y positivos para avanzar en este tema”.
La canciller chilena y presidenta de la asamblea, Soledad Alvear, dijo que el tema cubano no estaba en la agenda del encuentro, pero admitió que lo más probable es que fuera una de las principales conversaciones de pasillo.
“A nivel informal, el consejo permanente en Washington tuvo una discusión sobre el particular (Cuba) y, por cierto, existe la preocupación”, dijo Alvear.