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Nueva York, EU.- El secretario de Defensa de Estados Unidos, Donald Rumsfeld, advirtió ayer al gobierno iraní que si intenta influenciar en el futuro de Iraq, su vecino, el esfuerzo será neutralizado.
"Irán debe saber que cualquier intento para rehacer a Iraq en la imagen de Irán será agresivamente" terminado, dijo Rumsfeld en un discurso ante miembros del Consejo de Relaciones Exteriores en Nueva York.
Sus comentarios tuvieron lugar poco después de que terminó en la Casa Blanca una reunión para discutir la política del gobierno de Washington hacia Irán, tras reportes de que atentados recientes habrían tenido participación de iraníes.
Asistencia de vecinos en la reconstrucción será bienvenida, dijo el funcionario estadunidense, pero interferencia de ellos mismos o sus asociados "no será permitida", acotó Rumsfeld.
En Washington, el secretario de Estado, Colin Powell, tomó un tono más conciliatorio, e indicó que su gobierno no ha cambiado la relación con Teherán, pero que quisieran tener una actitud más cooperativa de Irán.
Powell es a menudo la voz mesurada dentro del gobierno de Washington en materia de política exterior, mientras que Rumsfeld encabeza la línea dura.
Estados Unidos intervino militarmente en Iraq en marzo pasado y en seis semanas depuso al gobierno del presidente Saddam Hussein.
Reportes de prensa estadunidenses, que citan fuentes de inteligencia nacionales, señalan que el atentado de hace dos semanas en Arabia Saudita, que cobró la vida de 34 personas, tuvo participación de presuntos terroristas en Irán.
Rumsfeld dijo que ha habido discusiones al interior del gobierno de Washington para determinar si el país debe entablar un diálogo con el presidente Mohamar Khatami, considerado por algunos un reformista moderado, o si hablar con clérigos o con ninguno de los dos.
Los que están a favor de hablar con Katami sostienen que al hacerlo estimulan las fuerzas reformistas, pero el secretario de Defensa opinó que cuando eso sucede, los clérigos contraatacan y no lo dejan moverse un ápice.
Precisó que una de las opciones de Washington consiste en deshacerse de las dos mayores capas de poder en el país y tratar de "llevar el mensaje" de apertura a la población civil.