Washington, (EFE).- Una organización de católicos y sacerdotes que han contraído matrimonio pidió a la Conferencia de Obispos de Estados Unidos que adopte una "disposición pastoral" y emplee clérigos casados en las iglesias donde no hay sacerdotes.
El grupo denominado El Celibato es el Problema (CITI por su sigla en inglés) envió una carta al obispo Wilton Gregory, presidente de la conferencia de obispos católicos, reavivando la discusión sobre el celibato de los sacerdotes que la Iglesia católica adoptó hace pocos siglos y requiere en algunas circunstancias, pero no en otras.
CITI, establecido hace más de 12 años, provee el ministerio espiritual y sacramental de sacerdotes casados a los católicos que se sienten distanciados de la iglesia oficial por cualquier razón que sea.
Los sacerdotes de CITI ofrecen guía espiritual, consejos, misas en los hogares, primeros o segundos matrimonios, funerales y confesión.
"Al igual que la iglesia de los primeros tiempos que estaba más cercana a Jesús, nuestro ministerio se lleva a cabo en los hogares", indica una declaración de CITI.
En su mensaje a Gregory, CITI hizo referencia al documento titulado "Disposición pastoral" emitido en 1980 por el papado y que autorizó a los obispos católicos para que ordenen como sacerdotes de esa iglesia a los ministros protestantes casados a fin de incorporarlos en las parroquias católicas.
En algunos casos, la Iglesia católica asignó a esos clérigos conversos y casados para reemplazar a sacerdotes católicos que contrajeron matrimonio.
La Iglesia católica en Estados Unidos tiene más de 66 millones de miembros en 19.484 parroquias, y para atenderlos cuenta con 29.715 sacerdotes del clero regular, y 14.772 sacerdotes que son miembros de órdenes religiosas.
En 1965, esa iglesia tenía en Estados Unidos 17 seminarios diocesanos con 17.494 estudiantes, y ahora tiene 70 seminarios diocesanos con 3.251 alumnos.
En 1955, había 479 seminarios de órdenes religiosas con 16.493 estudiantes, y ahora hay 143 con 1.271 seminaristas.
El número de parroquias alcanzó su máximo en 1992 con 19.971 y desde entonces ha ido disminuyendo lentamente hasta 19.484 este año, en muchos casos como resultado de la escasez de párrocos para atender a las comunidades.
El celibato que la Iglesia católica requiere de la mayoría de sus sacerdotes -y del cual excluye a los católicos del rito oriental y protestantes conversos- ha emergido en años recientes como uno de los asuntos más controvertidos entre los católicos de este país.
Junto con la escasez de sacerdotes que ha dejado a decenas de parroquias e iglesias sin la presencia regular de un clérigo, durante los últimos tres años se denunciaron cientos de casos de abusos sexuales cometidos por sacerdotes contra menores de edad.
Estos escándalos, que están costándole a las archidiócesis cientos de millones de dólares en indemnizaciones, han llevado a muchos católicos a cuestionar el requisito de celibato que, por ahora, el papado mantiene de manera inflexible.
Un ex asesor legal de CITI, el sacerdote James Harris, que falleció en diciembre pasado, creó todo un programa de certificación que permite que los sacerdotes casados estén reconocidos legalmente como sacerdotes católicos casados.
Este es el único programa de su tipo que ahora estudian alumnos de doctorado en universidades como la de Lovaina, en Bélgica.
CITI recordó hoy que fue Harris quien propuso el establecimiento de una sociedad religiosa, llamada Sociedad del Sacerdocio de Cristo y afiliada con el Consejo Internacional de Iglesias Comunitarias, que es a su vez miembro del Consejo Mundial de Iglesias.
Según CITI, con este programa los sacerdotes "que perdieron su posición eclesiástica cuando se casaron pueden administrar de forma válida los sacramentos como la eucaristía".
William Ryan, un portavoz de la Conferencia de Obispos, dijo que, dado que la ordenación sacerdotal es un sacramento permanente, "la administración de un sacramento por un sacerdote casado puede ser válida, pero no es lícita".