EL PAÍS
JERUSALÉN.- El ministro israelí de Defensa, Saúl Mofaz, volvió a arremeter ayer públicamente contra el presidente palestino, Yasser Arafat, al que acusó de ser el origen del fracaso del último proceso de negociaciones abierto por el Mapa de Ruta. En el transcurso de unas polémicas declaraciones, que provocaron las protestas del Partido Laborista, Mofaz amenazó con expulsar al líder palestino durante los próximos meses. Por su parte Arafat, que no respondió de forma inmediata, continúa echando un particular pulso por el poder a su primer ministro, Abu Mazen, quien mañana presentará una moción de confianza ante el Parlamento.
Tal como ya ha hecho en varias ocasiones desde que Arafat fuera confinado en la Mukata de Ramala a principios de diciembre del 2001 en represalia por una serie de atentados suicidas, Mofaz advirtió que su deportación forzosa se baraja como una opción “para posiblemente antes de que termine este año”. Hablando ante los micrófonos de la radio del Ejército, el ex-jefe del estado mayor argumentó que “nunca quiso llegar a un acuerdo con nosotros, y pienso que ya es hora de que desaparezca de la historia”.
No obstante, Mofaz subordinó la elección del momento para su eventual expulsión a que “no dañe a la nueva dirección (palestina), de forma que ésta puede aplicar las políticas que han propuesto, a las que se han comprometido, pero de las que todavía no vemos resultados”, criticando así indirectamente el liderazgo de Abu Mazen. Estas declaraciones desencadenaron a su vez las críticas de la oposición en el Congreso israelí, donde un portavoz laborista le reprochó haber demostrado una “falta de responsabilidad nacional”.
Como era de esperar, también provocaron la condena de los dirigentes palestinos. El ministro de Trabajo, Gassan Jatib, señaló que “esto contribuye a envenenar más todavía la atmósfera, en línea con la actual estrategia del Gobierno israelí para escalar la situación y obstaculizar los esfuerzos para calmarla”. Precisamente en estos momentos, Arafat y Abu Mazen mantienen un tenso tira y afloja para dividir sus respectivas parcelas de poder y competencias dentro de la cúpula de la Autoridad Palestina. Éstas deberían quedar dirimidas tras la moción de confianza que ha de tener lugar el próximo jueves ante el pleno del Consejo Legislativo.