México, DF.- El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes Fernández, demandó a las autoridades cumplan con su obligación de hacer respetar el Estado de Derecho y sea inflexible en la aplicación de la ley, la cual, dijo, no debe ser negociada.
El ombudsman consideró que situaciones de violencia como las de Xalatlaco, Tultitlán, Izcalli del Valle y Naucalpan, en el estado de México, tienen su origen en la falta de acción oportuna del gobierno y en la crisis en que están inmersas las instituciones de seguridad pública y justicia.
Sostuvo que la aplicación de la justicia por propia mano, en un Estado de Derecho, debería ser la excepción, no obstante, se perfila como fórmula de uso generalizado que otorga patente de corzo a quienes la practican.
Además, evidencia el rezago de las instituciones para procesar esos conflictos por vías regulares y legales y reduce la legitimidad de las instituciones, al ser señaladas como inapropiadas o inaceptables para garantizar la imparcialidad que exige un proceso civilizado de cooperación social.
Mediante un comunicado, Soberanes Fernández sostuvo que la seguridad pública es un derecho humano y allí está involucrado el orden y el respeto, dentro de un sistema de derechos humanos.
Advirtió que la proliferación de manifestaciones violentas, "verdaderos focos rojos, tales como linchamientos y la aplicación de justicia por propia mano, pueden llevarnos a situaciones de ingobernabilidad, que aparentemente, habían quedado en el pasado".
Cuando gobernantes y gobernados no hacen caso de la ley, dijo, los ciudadanos se toman justicia por propia mano, ya que es la forma más pronta y expedita de hacerse justicia, pues ni los tribunales, las procuradurías, ni las policías están dispuestas a dar a cada quien lo que le corresponde.
En ese contexto, recordó que el Artículo 17 Constitucional, además de prohibir la justicia por propia mano, establece que los tribunales deben procurar la justicia que requiere la sociedad de manera expedita.
Sin embargo, alertó, cuanto estos no resuelven, la sociedad actúa de manera irreflexiva y muy emotiva y, en consecuencia, ocurren los casos de linchamiento y palizas que se dan a los presuntos delincuentes, porque ni las procuradurías ni los policías entran en acción.
El presidente de la CNDH expuso que la aplicación de la justicia por propia mano, es una de las manifestaciones del subdesarrollo, por lo que hizo un llamado para que el Estado utilice los recursos de que dispone para educar a la sociedad en la cultura de la denuncia y el respeto a la ley, así como en la educación cívica.