EL SIGLO DE TORREÓN
Gómez Palacio, Dgo.- Reconstruir sus viviendas fue rápido: con un poco de hule y cartón, lo lograron. Recuperar sus pertenencias será lo difícil. Perdieron televisiones, colchones y otros aparatos. Algunos todavía deben abonos a las mueblerías.
Angélica Neri Díaz vive en la ampliación Flores Magón. El lugar es conocido como “El Bordo”. Ella perdió su colchón y toda la ropa de su familia se mojó, incluyendo las cobijas. Desde que las lluvias aparecieron tuvo que mudarse a casa de su madre porque su jacal quedó destruido.
Algunos funcionarios de la presidencia municipal de Gómez Palacio acudieron a la colonia a regalar hule y cartón, pero sólo a unos cuantos. “Además a quienes nos daban hules no nos querían dar cartón, a muchos no les dieron, tuvieron que comprar”.
En la casa de la madre de Angélica se mudaron otros familiares. Por eso para todos resulta difícil compartir el mismo lugar, sólo espera que las lluvias no sigan para que pronto pueda regresar a su jacal, además es necesario que el colchón se seque porque no tiene dinero para comprar otro. Otra pertenencia dañada fue la parrilla y ahora no tiene dónde cocinar.
Lorena Quintero Martínez se tuvo que mudar por algunos días con su suegra. Además del colchón, la televisión -que aún no termina de pagar- se descompuso con las lluvias. Llevaba varios meses pagándola y en sólo un día la perdió.
En las noches ella y su esposo regresan a su jacal. Tienen miedo de que sus únicas pertenencias sean robadas y como el colchón aún no se seca, duermen sobre ladrillos. Para soportar el dolor en la espalda colocan varias cobijas pero la incomodidad persiste.
Antonio Hernández Reyes también se fue a vivir a casa de su suegra. Su vivienda es de block pero el techo era de madera y no soportó las lluvias. Todos sus muebles se mojaron y por lo menos tardará dos meses en regresar a su hogar o hasta que termine de reparar el techo.
En esa misma colonia vive Ascensión Hernández Pérez. Su jacal fue dañado por las lluvias pero aún así el personal de la presidencia municipal se negó a darle hule y cartón. Tuvo que comprar 50 kilos para reconstruir su vivienda.