México, DF.- Interpretó en el cine a “rubias peligrosas” y a morenas “trenzadas”, alternó con los ídolos Pedro Infante, Germán Valdés Tin Tan y Cantinflas, tuvo una estrecha amistad con el genio Luis Buñuel e hizo todo tipo de dramas y comedias en la televisión.
Silvia Pinal asegura en entrevista que su participación en la película Ya No los Hacen Como Antes no significa un regreso al celuloide, pues en realidad, jamás se separó de la cinematografía. “No regreso porque nunca me fui”, expresa.
Y si no estuvo presente en la pantalla grande de los últimos años, destaca, únicamente se debió a la propia situación que vive la industria nacional.
Para la actriz y productora la crisis en el cine fue mundial. Dice que México y sus productores fílmicos no fueron los únicos afectados, sino que todos los países que producían una buena cantidad de largometrajes dejaron de hacerlo y sucumbieron ante la ambición estadounidense en materia de cine.
Pero Pinal nunca se fue, insiste, a pesar de que pasó más de una década desde que filmó Amor es Veneno (1980), de Stefano Rolla, hasta Modelo Antiguo (1992), de Raúl Araiza. “Es verdad que pasaron ocho años desde que filmé la última película, pero no considero que me haya ido del cine y este sea mi regreso, porque he estado en contacto con la gente que escribe y hace cine, veo el cine de hoy en día y estoy entera da de lo que ocurre en ese ámbito. Nunca me he alejado de esta arte que me gusta mucho.
“Lo que ocurrió fue que de repente se acabó el cine, el mundo entero vivió un bajón espantoso, los americanos se mantuvieron y ahora son los dueños del cine en todo el mundo, todos los países tenemos que luchar contra las 500 o mil películas de Hollywood con tan sólo unas diez o quince que producimos nosotros, por ejemplo”, recalca.
Lo cierto es que la actriz, sin duda, es parte de la historia del cine mexicano de la Época de Oro. Por lo menos, cinco de sus trabajos fílmicos, como Viridiana, El Ángel Exterminador, Simón del Desierto (dirigidos por Buñuel), La Soldadera y Un Extraño en la Escalera, fueron considerados obras maestras por Emilio García Riera en la monumental “Historia Documental del Cine Mexicano”.
En marzo de 1996, Pinal recibió un homenaje en la Muestra de Cine Mexicano de Guadalajara, donde se presentó el libro El Cine de Silvia Pinal, escrito por García Riera.
En esa presentación la actriz dijo conmovida hasta las lágrimas:
“Estaba leyendo las fichas filmográficas del libro de García Riera y en muchas (películas) dice que yo no quería hacerlas, pero las acepté.
“Conforme fui leyendo me dije, ‘¡Qué caray! En verdad qué pocas buenas películas hice y, cuántas malas’. Entonces, a lo mejor desperdicié mucho tiempo de mi vida cinematográfica, pues pude haber hecho más de calidad y menos películas”.
-¿Es severo decir que sólo son cinco obras maestras las que hizo?, se le cuestionó.
“No puedo ser severa o ser magnánima, creo que la historia ha dicho qué es estupendo y qué no lo es, pero indudablemente estás cinco sí son obras maestras. Por ejemplo, Viridiana, está entre las diez mejores películas de los 100 años del cine.
“No puedo hacerme tonta yo sola de cosas que me siento muy orgullosa y que incluso yo he promovido. Me puedo dar el lujo de decir que a Buñuel yo lo perseguí, que lo engatusé y que lo convencí para colaborar en las tres películas que se hicieron conmigo”.
A mediados de los 70, Pinal se dedicó en cuerpo y alma al teatro de comedia musical y a la televisión, pero en el 77 regresó a los sets fílmicos con dos proyectos más: Divinas Palabras, de Juan Ibáñez, y Las Mariposas Disecadas, de Sergio Véjar.
El cine, relata, está en sus venas porque durante muchos años vivió en los foros y en las locaciones, una etapa que recuerda con cariño por los logros profesionales que consiguió, pero principalmente, por la diversión que tuvo.
Quizá por ello, acepta, tiene mejores recuerdos en su mente de las comedias que de los dramas.
En sus inicios, Pinal se desenvolvía lo mismo en comedias rancheras que en melodramas urbanos. Fue contraparte de Mario Moreno Cantinflas en Puerta Joven (1949) y de Tin Tan en El Rey del Barrio (1949), sólo unos años antes de ganar un Ariel por coactuación en Un Rincón Cerca del Cielo (1952), con Pedro Infante.
En la década de los 50, películas como Un Extraño en la Escalera (1954), al lado de Arturo de Córdova, la convertirían en la estrella favorita del público. En esa misma época recibió dos Arieles más por sus actuaciones estelares en Locura Pasional (1955) y La Dulce Enemiga (1956).
“Las películas que más recuerdo son las que me dieron fama y diversión, con Pedro Infante, Tin Tan, y más adelante, con Mauricio Garcés, Enrique Rambal, Joaquín Cordero, eran comedias padrísimas, recuerdo más las comedias que los dramas. “Por eso me encantó trabajar en Ya no los Hacen Como Antes, porque es parecida al tipo de comedias que se hacían en los 80 y, sobre todo, en los 70, películas para toda la familia”, enfatiza.
Los años 60 fueron para Pinal igual de intensos, cambiando de giro de los dramas a las comedias con música en cintas como Estrategia Matrimonial, 24 Horas de Placer y María Isabel.
Pero hoy en día, puntualiza, el cine nacional ha cambiado a la par de la sociedad. Los temas que abordan cintas como Amores Perros y Ciudades Oscuras son de mayor fuerza que los abordados en aquella época de gran producción fílmica.
“El cine de ahora es más fuerte, es un cine que ha triunfado en el extranjero, que gana premios todos los años, que ha pegado, nos guste o no nos guste, y que hasta es polémico”, agrega.
Por lo pronto, considera que los cineastas deben seguir el ejemplo de Fernando Pérez Gavilán, el director de Ya no los Hacen Como Antes, que ante la crisis general se aferró a terminar su película a como diera lugar. “Creo que las autoridades están luchando porque se cobre un peso en la entrada para un fondo y se pueda filmar más, están trabajando, pero creo que es difícil por la época que vivimos en todos sentidos.
“Los productores son los que deben estar preocupados por su material, en sacarlo adelante contra viento y marea, hay que confiar en la gente que lucha por sacar su propio proyecto, el cine es más de personas luchonas que de autoridades que apoyen y brinden monetariamente”.