Singapur, (EFE).- El estrecho de Malaca, un brazo de mar situado entre Indonesia y Malasia por el que pasan 600 navíos mercantes cada día, ha sido en los últimos diez años escenario de constantes actos de piratería.
Las aguas de esa zona están considerada las más peligrosas del planeta en lo que se refiere a asaltos marítimos: uno de cada cuatro abordajes pirata que ocurren en el mundo tienen lugar en el archipiélago indonesio, según un reciente informe de la Oficina Marítima Internacional (OMI) publicado por medios singapureses.
Sólo en la primera mitad de este año se han registrado 64 ataques marítimos en el aguas indonesias, y de ellos casi un cuarto han ocurrido en el estrecho de Malaca, por donde pasa el 30 por ciento del comercio marítimo mundial y gran parte de los cargueros destinados al puerto de Singapur.
Y estas cifras podrían no reflejar más que la mitad de los asaltos reales, ya que se cree que cerca del 50 por ciento de los ataques no quedan registrados, indicaron fuentes de la OMI.
Los asaltos se han incrementado también a nivel global: sólo en los primeros seis meses de este año se han producido 234 acciones de piratería en todo el mundo, la cifra más elevada de los últimos diez años, según la oficina marítima.
Afectados por esta inseguridad, los usuarios del estrecho de Malaca y la propia OMI han denunciado que Indonesia, un archipiélago formado por más de 18.000 islas, no hace lo suficiente para eliminar las actividades ilegales en sus aguas.
No obstante, reconocen que Yakarta "no tiene el dinero ni puede expandir sus capacidades navales para vigilar su larga costa y miles de islas", señaló Iskandar Sazlan, de la OMI.
Por su parte, el representante de la Policía indonesia Amiruddin Embi, quien está previsto que se reúna próximamente con delegados malasios para tratar la cuestión, admitió que "el problema de la piratería en el estrecho de Malaca es muy serio", pero "creemos que con la cooperación entre ambas partes puede resolverse".
El Gobierno malasio ya ha reforzado sus sistemas de seguridad marítima con el aumento de las patrullas policiales en sus aguas, aunque ha insistido en que necesitará el soporte de otras naciones para combatir estos ataques navales.
Así lo pusieron de manifiesto esta semana representantes de varias naciones en Malasia, que subrayaron la necesidad de establecer una mayor cooperación regional para ayudar a esa nación a combatir la piratería en el estrecho.
El embajador de Australia en Kuala Lumpur, James Wise, expresó la preocupación de su país por el aumento de los delitos navales, e insistió en que para combatirlos "es necesaria la cooperación nacional, multinacional y regional".
Esta opinión fue compartida por Japón, que advirtió a través del segundo secretario de su embajada en Malasia, Hiroyasu Furukawa, que "un país sólo no puede manejar la piratería, se necesita un esfuerzo colectivo".
El 80 por ciento de petróleo destinado a Japón pasa por el estrecho de Malaca, por lo que Tokio ya ha anunciado que quiere reforzar la cooperación entre la policía guardacostas japonesa y las agencias de seguridad marítima de Malasia para proteger a sus navíos.
Está previsto que Japón, que el año pasado vio a 20 de sus barcos atacados por bucaneros, invierta este año 2,5 millones de dólares (2,2 millones de euros) en programas para combatir la piratería en aguas extranjeras.
Según los analistas, las altas tasas de desempleo en la región tras la crisis económica de 1997 y la escasa seguridad marítima son las culpables del aumento alarmante de los actos de piratería, y su contención -advierten- es primordial para la estabilidad de la zona y la protección de la lucrativa industria del comercio marítimo.
Tras Indonesia, los países más afectados por la piratería son Bangladesh, donde se produjeron 23 asaltos de enero a junio, y la India y Nigeria, que registraron 18 ataques cada uno en el mismo periodo.