SIT TBOW, Camboya, (Reuters).- Los camboyanos se apiñan para ver a un niño de tres años que creen que fue el hijo de un dragón en una vida anterior, porque su mejor amigo es una pitón de cuatro metros de largo.
Acurrucado para una siesta entre los espirales de su escamosa compañía, el niño, Oeun Sambath, atrae visitas regulares en el empobrecido país del sudeste asiático de habitantes ansiosos por utilizar lo que ellos creen son sus poderes sobrenaturales.
"El juega con la pitón desde que gateó por primera vez", dice su madre, Kim Kannara, feliz de permitir que su hijo duerma mejilla-con-quijada con la gigante constrictor, aún cuando ésta podría fácilmente engullirlo como cena.
Las supersticiones tradicionales aún tienen una fuerte influencia en Camboya y no hace mucho la amistad entre el niño y la serpiente, llamada Chamreun o "Dichosa", motivó a un adivino a decir que el pequeño debe haber sido el hijo de un dragón en una vida anterior.
Sus poderes especiales lo convertirían en un curandero tradicional a la edad de siete años, pero mientras tanto, el vínculo entre el niño y la serpiente está limitando los movimientos de la familia.
"No sé que hay de especial en la relación entre mi hijo y la serpiente , pero la verdad es que no se les puede separar", dijo Kim Kannara. "Una vez llevé a mi hijo de viaje a las provincias, pero no pudimos quedarnos porque él echaba mucho de menos a Chamreun", agregó.