Reuters
QUITO, ECUADOR.- La policía de Ecuador denunció ayer la existencia de un complot para asesinar al presidente Lucio Gutiérrez mediante la contratación de sicarios colombianos, sin precisar los posibles móviles ni sus autores intelectuales.
Gutiérrez, un militar retirado de 46 años, asumió el 15 de enero tras triunfar en las urnas con el apoyo de indígenas y sectores de izquierda, pese a lo que ha apelado a una política económica ortodoxa y cercana a los lineamientos de los organismos multilaterales.
El denunciado atentado se habría preparado en la ciudad colombiana de Cali, hacia donde presuntamente viajaron el 15 de febrero dos ecuatorianos —no identificados por la policía— para contratar por 1.5 millones de dólares a nueve sicarios colombianos.
El comandante general de la policía ecuatoriana, Edgar Vaca, dijo ante el Parlamento que los ecuatorianos entregaron unos 37,000 dólares a los sicarios para la compra de las armas y cubrir sus gastos operativos.
El grupo de sicarios supuestamente ingresó a Ecuador para monitorear las actividades de Gutiérrez —un amante de los deportes al aire libre y mítines populares a los que se presenta bajo fuertes medidas de seguridad— y determinar los detalles para su asesinato, agregó.
Vaca, quien fue designado por Gutiérrez la inicio de su gestión, dijo que el magnicidio debía cumplirse en un plazo de 60 días a partir del primer encuentro.
El jefe policial no especificó los posibles móviles del complot ni la existencia de detenidos, pero el diputado Renán Borbúa, del bloque oficialista y primo de Gutiérrez, dijo que el hecho sería una represalia de grupos afectados por las políticas del mandatario y que buscan un cambio “rápido” en el gobierno.
La policía dijo que se mantiene en contacto con su par de Colombia y la Interpol para desbaratar el complot.
“La policía (...) sigue trabajando para poder controlar, prevenir y evitar que se produzca este hecho criminal producto de las transnacionales del delito”, dijo Vaca a los legisladores.