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México, DF.- Los partidos políticos no son los únicos responsables en la construcción del país, sino también las iglesias, afirmó el cardenal Norberto Rivera Carrera, quien aseveró que en un país con tanta pobreza no puede seguir creciendo el presupuesto para elecciones.
En un artículo denominado “Desafío de los partidos políticos”, distribuido por los voceros de la Arquidiócesis de México durante la misa dominical en la Catedral Metropolitana, el jerarca católico hace críticas a los políticos y sus partidos.
“No parecen suficientes hasta ahora la disposición y el esfuerzo de los partidos para colaborar en un proyecto al servicio de la nación; un proyecto solidario, plural e incluyente que responda a los desafíos de la cultura contemporánea.
“Los mayores esfuerzos parecen reducirse más bien al ámbito de los intereses partidistas”, sentenció.
Se pronunció por crear una regulación que frene la práctica de convertir a los nacientes partidos políticos “en buenos negocios de familia, con ganancias adicionales por el uso legal de los recursos”.
Consideró que prácticas añejas como los acarreos, la compra de votos, las urnas engordadas, los conflictos poselectorales y los chantajes disfrazados de grupos corporativos se resisten a desaparecer.
Propuso seguir trabajando para que la selección de los candidatos sea cada vez más regular y transparente, pues aseguró que el mayor reto a vencer en la próxima contienda electoral es el abstencionismo.
Los partidos políticos, expuso el jerarca católico, han quedado más debilitados por los escándalos en los que se han visto envueltos y han propiciado que los ciudadanos busquen otras alternativas en teoría más creíbles y eficientes como las ONG’s Además, añadió, ya es momento de cambiar el voto “de castigo”, donde la emotividad prevalece, por el “voto propositivo”, donde el discernimiento permita examinar las diversas propuestas y decidir consecuencias.
También criticó el papel de los medios de comunicación en el proceso electoral, pues aseguró que ahora “el poder económico busca comprar al poder político y, para consolidarse, compra el poder de los medios de comunicación social, que distraen a la gente, le venden ilusiones”.
En el apartado “El papel de la religión en la vida política”, el cardenal aseguró que las iglesias tienen un lugar y una responsabilidad en la tarea de la construcción del país.
“Porque es una tarea que ha de cumplir todo ciudadano, afiliado o no a un partido, con una religión o sin ella, e independientemente de su convicción religiosa”, explicó.
No obstante, reconoció la separación entre el Estado y la Iglesia, aunque insistió que “una misma fe puede dar origen a diversos compromisos políticos, con los que ella como institución jamás debe asociarse”.
Reconoció cuatro grandes directrices de la Iglesia: en su relación con Dios, para con los demás, para consigo misma y para con la creación, en la última en donde asegura que se basa en luchar contra toda forma de corrupción, proponer líderes imitables a los ciudadanos de hoy; reconstruir el liderazgo social y político, entre otros.