LONDRES, (AP).- Vibraciones en las plantas de los pies podrían mantener a los ancianos de pie y reducir el riesgo de caídas, sugieren investigaciones preliminares.
El experimento, publicado en la revista médica The Lancet, sugiere que algunos ancianos, entre un grupo de voluntarios, mostraron indicios de lograr mejor equilibrio cuando se paraban sobre plantillas con base de gel, que vibraban con frecuencias irregulares.
Aunque los usuarios no sienten la sutil vibración, la idea es que esos movimientos amplifican señales relacionadas con el equilibrio entre los pies y el cerebro, que han ido quedando adormecidas por la edad o alguna enfermedad.
Los expertos dijeron que las investigaciones son prometedoras, pero los científicos necesitan comprobar si la técnica mejora el equilibrio de las personas al caminar o alcanzar algún objeto. Es en ese tipo de movimientos en los que los ancianos son más vulnerables a las caídas.
Cuando una persona ladea su cuerpo o se inclina, aumenta la presión sobre las plantas de los pies. Normalmente el sistema nervioso percibe el cambio de presión y envía un mensaje al cerebro para que realice un ajuste de la postura.
Sin embargo, esos mensajes pueden no ser percibidos claramente debido a la edad, a apoplejías o a enfermedades como la diabetes.
"Yo creo que las plantillas vibradoras son prometedoras y que definitivamente vale la pena estudiarlas", dijo la médico Mary Tinetti, directora de geriatría de la escuela de medicina de la Universidad de Yale, que no participó en el estudio.
La investigación, financiada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, fue realizada por científicos de la Universidad de Boston y de la escuela de medicina de la Universidad de Harvard.
Los médicos reclutaron a 27 voluntarios saludables, 15 de ellos de edades entre 20 y 30 años, y 12 ancianos, y les pidieron que se pusieran de pie con los ojos cerrados y los brazos a los lados. Las plantillas, cada una con tres discos vibradores, fueron conectadas a una batería.
La intensidad de la vibración se controló individualmente de modo que estuviera justo por debajo de la frecuencia en que podría ser percibida por cada voluntario. Los científicos realizaron pruebas de "antes y después" con tareas diversas que involucran control del equilibrio.
Los voluntarios jóvenes mostraron alguna mejoría en el equilibrio, pero fueron los ancianos los que mejoraron notablemente, según James Collins, profesor de ingeniería biomédica de la Universidad de Boston, quien dirigió el proyecto.
"La mejoría que vemos en los ancianos _ esto es el acercamiento al nivel de los jóvenes_ nos parece muy positiva y creemos que sugiere que esta tecnología de hecho puede mejorar el equilibrio de los ancianos hasta el punto reducir significativamente el riesgo de caídas", dijo Collins.