EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Plaza pública/Diálogo rural

Miguel Ángel Granados Chapa

Hoy se inician las mesas de trabajo del diálogo para una política de Estado en el campo. La ceremonia inaugural se efectuó el jueves pasado, pero las tareas comienzan realmente hoy. La doble fecha resultó de un compromiso: los secretarios Usabiaga y Canales juraron que los encuentros comenzarían el seis de febrero, conforme a la convocatoria del 26 de enero, acudiera quien acudiera. La mayor parte de las agrupaciones campesinas pretendieron que todo empezara hoy, diez de febrero. El secretario Santiago Creel se avino al pedido de aquéllos sin cuya presencia el diálogo carecería de sentido, y salvó la cara a sus entercados compañeros de gabinete. Cada uno de los dos días pretendidos tuvo su propio afán.

Esa negociación preliminar fue necesaria a partir de la candorosa o mal intencionada —a escoger— posición del secretario de Agricultura Javier Usabiaga que faltó a su palabra al organizar el diálogo. El titular de la Sagarpa es presa de varios dilemas: como exitoso empresario del campo tiene que admitir que la que conoce de cerca no es la única realidad rural, pero le cuesta trabajo regular formas de organización y producción que no son modernas. Taurófilo, disfrutador de la corrida de aniversario en la plaza México, ha de suponer que si los bureles de Reyes Huerta y de Julio Delgado tienen destino, la ganadería de reses bravas y la producción pecuaria en general han de vivir condiciones óptimas.

Su impaciencia ante la parte del campo que desconoce y/o no le gusta se agrava cuando tiene que tratar a los dirigentes de las agrupaciones campesinas: los desdeña, le parecen remanente de una forma de relación política que querría ver suprimida. Y sin embargo tiene que recibirlos y abordar con ellos asuntos sustantivos. Porque si bien es cierto que en ese grupo hay falsos apóstoles, logreros y burócratas de la representación (o peor aun, de la falta de representación), también lo es que en esas filas están los verdaderos y necesarios interlocutores de las autoridades.

Los líderes de las organizaciones que se irritaron ante la convocatoria (a la que hubo que adosarle una fe de erratas) juraron a su vez que sólo hablarían con el Presidente, que en ese momento se hallaba en Europa. Pero el Presidente no sólo no los recibió, sino que ni siquiera se hizo presente en el acto inaugural. Menos mal, pues de haber hablado en ese momento quién sabe en qué extremo de su oscilante visión del campo se hubiera encontrado. ¿Diría que no hay crisis en el campo, que sí la hay, que quién sabe? Y si admitiera que la hay, aunque la admisión fuera provisional y sujeta a rectificaciones, quizá preguntaría ante la petición de que algo hiciera por remontarla: ¿Y yo por qué? Respecto de los asuntos del campo se le podría explicar por qué él ha de ocuparse del tema, simplemente recordándole que ya fue responsable de la política agrícola, aunque fuera de modo simbólico.

En el gabinete alternativo formado en 1989 por Manuel J. Clouthier para contrastarlo con el gabinete legal, el entonces diputado Vicente Fox, responsable de esa materia, presentó su Modelo agropecuario siglo XXI. He aquí algunos de sus puntos, que cambiando lo que haya que cambiar podrían ser hoy una ponencia para las mesas que empiezan su trabajo, y presentada sin duda en los formatos informáticos requeridos y expuesta con el eficaz sistema Power point: “1) El productor del campo. Abrázalos y déjalos ir, sugestivo título dado al tema aplicable a la relación de padres e hijos, en busca del desarrollo integral, autonomía e independencia. Hay que dejar ir al hombre del campo a la búsqueda de su propio destino, a su encuentro con su libertad, su conciencia y su propia capacidad de hacer y generar desarrollo... 3) Competencia y libertad en la oferta de insumos. Debe haber apertura total y competencia abierta en toda la banca, en la producción agropecuaria, participación de Banrural en el mismo esquema y con las mismas reglas del juego para todos... El Estado debe desarrollar el mejor programa para abastecer de agua a ciudades y campo. Se habrá de invitar a todos los mexicanos, sector privado y sector social, a participar con capital e inversiones en programas de desarrollo hidrológico como distritos de riego, obras hidráulicas, presas, etc., cuidando siempre el concepto de agua como recurso renovable... 4) Estado promotor... como gestor del bien común (el Estado) debe responsabilizarse de generar el escenario económico adecuado, conciliar intereses opuestos, regular subsidiariamente los procesos ante distorsiones; facilitar y acelerar la educación y el progreso científico y tecnológico; proveer infraestructura suficiente y dinámica; vigilar y promover el desarrollo de la industria proveedora... Se responsabilizará a una sola secretaría de la producción agropecuaria, que absorberá las funciones de la Secretaría de Pesca y se liquidará la Secretaría de la Reforma Agraria, creando los tribunales agrarios que resolverán los conflictos en la materia. “5) Estímulos dinámicos a la actividad agropecuaria... manejo acertado en los términos de transferencia entre el sector privado y otros sectores, bajo un esquema de libre comercio regulado en lo esencial y sólo ante distorsiones significativas. La comercialización debe ser efectuada directamente por los productores, sin intermediarios, para preservar al sector agropecuario de prácticas desleales de comercio tanto de importación como de exportación. Habrá que pensar en una ley federal de trabajo en el campo.”

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 19742

elsiglo.mx