Desde la semana pasada, enlistamos aquí a los candidatos de PRI, PAN y PRD que, por su ubicación en la lista de aspirantes plurinominales, pueden con alto margen de seguridad ocupar una curul en la legislatura que será elegida en julio. Terminaremos hoy el ejercicio de dar los nombres de quienes pueden llegar a San Lázaro.
En primer lugar, porque tuvieron diputados en 1997 y en el 2000 (aunque en este caso participaron en sendas coaliciones), nos referimos al Partido Verde Ecologista de México y al Partido del Trabajo. Participaron cada uno por su lado en los comicios de hace seis años, y hace tres participaron en alianzas, el Verde en la del Cambio, y el PT en la Alianza por México. Esta circunstancia modificó más allá del resultado cuantitativo, el número de las curules que se les asignaron, porque la posición de sus candidatos en las listas resultó de negociaciones entre los aliados.
El PVEM alcanzó hace seis años, por sí mismo, ocho diputados, repartidos así: Un solo diputado en las circunscripciones primera, segunda y tercera, tres en la cuarta y dos en la quinta; y en el 2000 alcanzó once diputados de representación proporcional, una en la primera circunscripción, dos tanto en la segunda como en la tercera y tres así en la cuarta como en la quinta. El PT, por su parte, llegó a seis diputados en 1997: Uno en la primera circunscripción, dos tanto en la segunda como en la tercera, ninguno en la cuarta y uno en la quinta. Tres años más tarde, su total permaneció igual, seis curules, repartidas una en cada una de las circunscripciones primera, segunda, tercera y quinta, y dos en la cuarta.
Si se reprodujeran mecánicamente los resultados de esos comicios y lograran por lo tanto el mismo número y semejante distribución de diputaciones, los candidatos de esos partidos que esta vez despacharían en San Lázaro son los siguientes.
Ponemos entre paréntesis los nombres de los diputados que obtendrían una curul conforme al resultado del 2000.
PVEM. Primera circunscripción: Cuauhtémoc Ochoa Fernández. Segunda: Yvet Salazar Torres (Francisco Javier Alvarado Villazón). Tercera: Manuel Velasco Coello (Maximino Alejandro Fernández Ávila). Cuarta: Jorge Antonio Kahwagi Macari, Javier Orozco Gómez y María de la Luz Arias Staines. Quinta: Guillermo Velasco Rodríguez y Jacqueline Guadalupe Argüelles Guzmán (y Fernando Espino Arévalo).
Candidatos notorios en la lista son Fernández Ávila, nieto del general Maximino, hermano incómodo del presidente Ávila Camacho; Kahwagi Macari, boxeador y empresario, organizador de una función caritativa reciente, donde a todas luces hubo tongo; y Velasco Rodríguez, cuya hermana es senadora y cuyo cuñado Francisco Abundis es diputado saliente. Y Espino Arévalo, priista hasta donde se sabía, es diputado local en el DF y secretario del sindicato del Metro, cuyo activismo ilícito le mereció una petición de desafuero.
PT. Primera circunscripción: Joel Padilla Peña. Segunda: Pedro Vázquez González y Aurelia Becerra Becerra. Tercera: Francisco Amadeo Espinosa Ramos y Ezequiel Flores Rodríguez. Cuarta: (Alejandro González Yáñez). Quinta: Ulises Alejandro Mejía Olvera. El nombre sobresaliente es el de González Yáñez, que fue alcalde de Durango de 1992 a 1995 y contendió por la gubernatura en 1998, para lo cual pidió licencia de la curul que ocupaba entonces. Se arriesga al figurar en la cuarta y no en la segunda circunscripción a que pertenece su tierra natal.
Por lo que hace a los partidos cuya historia es breve pues se remonta apenas al 2000, obtuvieron, el de la Sociedad Nacionalista, tres curules, en la tercera, cuarta y quinta circunscripciones; Alianza Social dos, en la cuarta y en la quinta, y Convergencia dos, asimismo en la cuarta y en la quinta. Si aun el Partido del Trabajo podría perder su registro y su representación parlamentaria, con mayor razón puede ocurrir tal desenlace al PSN y al PAS, cuya fuerza individual no se conoce pero se estima leve. Convergencia podría alcanzar, ahora que va solo pero con implantaciones regionales que pueden ser significativas, el dos por ciento de los votos y quizá una curul en cada circunscripción, con lo que el número uno de cada lista regional llegaría a la Cámara: Rafael Paz del Campo, Jesús Porfirio González Schmall, Jesús Emilio Martínez Álvarez, Jaime Miguel Moreno Garavilla y Luis Maldonado Venegas.
Si es de dudarse que Convergencia alcance el porcentaje requerido por la ley para permanecer y llegar a San Lázaro, no obstante el activismo que le permite gobernar dos capitales de estado, Jalapa y Oaxaca, es más recio el desafío para los tres partidos nuevos, cada uno de los cuales trabaja por su cuenta. Un cálculo optimista haría suponer que acudan a las urnas el 50 por ciento de los casi 65 millones de ciudadanos que figuran en las listas nominales, es decir unos 32 millones y medio de votantes. El dos y medio por ciento necesario ascendería a 650 mil votos, diez veces el de la militancia necesaria para obtener el registro que permite la participación en elecciones.
Dada la tendencia visible en todo el país a concentrar el voto en las tres mayores formaciones (y en no pocas entidades en sólo dos) consumarán una proeza los nuevos partidos que lleguen al porcentaje requerido. Sólo cuando las preferencias hayan sido medidas con aproximación pertinente, podrá conjeturarse cuáles candidatos de México Posible, Fuerza Ciudadana y Liberal Mexicano sean elegidos.