28 agosto 2003
Madrid, (Notimex).- Un militar británico murió y otro resultó herido cerca de la sureña ciudad iraquí de Basora en un ataque de la población, que abrió fuego en su contra en protesta por el arresto de dos lugareños, informó el Ejército de Reino Unido.
El incidente ocurrió pasada la media noche del miércoles, cuando un convoy militar británico regresaba a su base tras realizar una magna operación contra grupos de resistencia y una serie de arrestos en la localidad de Ali Algharbi, 240 kilómetros al noreste de Basora.
Un portavoz de las tropas de Reino Unido desplegadas en Basora indicó que los soldados, miembros del Primer Batallón Real de la Gardafrontera de Escoceses, fueron atacados por una multitud de civiles enojados por los arrestos.
En declaraciones a la prensa, el militar explicó que cerca de las 21:45 horas de Bagdad cuando el convoy regresaba a su base se encontró con una barrera de vehículos en su camino, que lo obligaron a desviarse por otra carretera, donde era esperado por unos 30 hombres.
El vocero señaló que no podría asegurar que ambos bloqueos estuvieran relacionados, pero dijo que cuando los soldados descendieron de sus vehículos, fueron rodeados por la multitud, según informes de prensa conocidos en esta capital.
"Los soldados británicos realizaron disparos de advertencia al aire, pero la gente abrió fuego con armas pequeñas y lanza granadas.
Un soldado resultó mortalmente herido y otro fue alcanzado de gravedad en la mano", comentó.
Ante la situación, agregó, sus compañeros llamaron a un equipo médico de emergencia de la base británica de Al Amarah, capital de la provincia de Missan, y pidieron apoyo a una unidad militar estadunidense, que acudieron en su auxilio apoyados de helicópteros
El portavoz del ejército británico indicó que al menos 10 personas fueron detenidas por la agresión a los militares y que el convoy regresó a salvo a su base, escoltado por efectivos aéreos de la coalición.
El Ministerio de Defensa de Reino Unido identificó al soldado muerto como Russell Beeston, un fusilero de 26 años de edad, originario de la localidad de Glasgow, Escocia, y miembro del 52 Regimiento Terrestre del Ejército.
Con la muerte de este soldado, el número de bajas británicas en Irak desde el inicio de la guerra aumentó a 50, 17 de ellas ocurridas después de que el presidente estadunidense George W. Bush declaró el fin de las hostilidades el 1 de mayo pasado.
La mayoría de las víctimas británicas en los últimos tres meses han perecido en ataques de la resistencia iraquí leales al depuesto presidente Saddam Hussein y la enfurecida población de Mosul y sus alrededores, que se oponen a su presencia.
El viernes pasado tres militares británicos murieron en un ataque en Basora, donde el 14 de agosto pasado otro militar pereció y dos más resultaron heridos por la explosión de una bomba, detonada a control remoto al paso de una ambulancia.