Reuters
SANTA CRUZ, BOLIVIA.- El presidente de Bolivia, Carlos Mesa, alertó ayer al inaugurar la XIII Cumbre Iberoamericana sobre el riesgo que representa la exclusión social para la democracia en América Latina, donde cuatro de cada diez personas viven en la pobreza.
Mesa habló ante otros 20 gobernantes en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en momentos en que Bolivia aún tiene abiertas las heridas de una revuelta popular que cobró 80 vidas en octubre y forzó a renunciar a su antecesor, Gonzalo Sánchez de Lozada.
“Ojalá seamos capaces de entender que nuestras democracias en algún sentido han estado en los últimos años bajo sitio. Lo que ha ocurrido en Bolivia no ha sido un tema aislado, varias naciones iberoamericanas han pasado situaciones similares”, dijo. “Ojalá seamos capaces de entender que debemos ser flexibles, que los dogmas son a veces peligrosos y que si no escuchamos corremos riesgo”.
En los últimos años ganaron poder en toda la región movimientos contrarios a las políticas liberales que durante las últimas décadas impulsó Estados Unidos para la región, y que para esos grupos son el demonio que agudizó gravemente la pobreza. El secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, que por primera vez acude a una cumbre iberoamericana, dijo entender los reclamos de los grupos excluidos de la región y la creciente decepción sobre los beneficios de la democracia.
En su opinión la democracia ha logrado poner en orden algunas variables económicas de muchos países, pero “no ha logrado generar el cambio que se esperaba en la vida de las personas”.
Sin embargo conminó a todos los actores políticos de Bolivia a “abrazar la democracia” y a no utilizar métodos violentos, como los que se vieron el mes pasado. Las palabras de Mesa, quien era el vicepresidente de Bolivia y asumió el poder cuando Sánchez de Lozada renunció, fueron una respuesta al discurso previo del representante de las comunidades indígenas.
Vestido con los atuendos típicos de su comunidad, Carlos Eduardo Medina leyó un duro mensaje que metió el dedo en la llaga de lo que los mismos gobernantes reconocen son las asignaturas pendientes de la región.
Refiriéndose al Gobierno de Sánchez de Lozada, Medina dijo que “un Gobierno creyó que gobernar no era representar sino someter y tuvimos que demostrar a precio de sangre y luto que no es así, una vez más tuvimos que hacerlo nosotros”.
Luego leyó las conclusiones de una cumbre de líderes campesinos y de grupos de desocupados, que se desarrolla en paralelo a la cumbre oficial, e hizo un dramático llamado a que los gobierno escuchen las reales demandas de los pueblos.
El representante indígena se refirió a la oposición a la firma de un acuerdo para crear la prevista Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), porque “nos inundará de productos extranjeros que terminarán de hundir la poca producción nacional”.