05 noviembre 2003
Bogotá, (EFE).- El presidente colombiano, Alvaro Uribe, analiza la posibilidad de anticipar las elecciones de 2006 en el caso de una "crisis política de fondo", informó hoy en Bogotá el polémico ministro del Interior y Justicia, Fernando Londoño.
Una crisis de esa naturaleza puede ser desatada por la decisión del Partido Conservador de asumir una postura de oposición al gobierno de Uribe, en el poder desde agosto de 2002, advirtió el alto cargo.
Londoño habló de esa posibilidad al intervenir ante una reunión del grupo parlamentario de esa formación política, que tiene en la agenda, entre otros asuntos, la revisión de sus relaciones con la administración de Uribe.
El Partido Conservador forma parte de la coalición que apoya a Uribe en el Congreso, junto a diversos sectores del Partido Liberal e independientes, los mismos que apoyaron la aspiración presidencial del gobernante.
Londoño destacó la importancia del apoyo que el Gobierno ha recibido de los conservadores en el Senado y la Cámara de Representantes que, según él, con su disciplina "ha hecho posible una gran transformación del país, sobre la base de la aprobación de muchos proyectos de ley e, insisto, gracias a que hemos contado con esa bancada".
"Por eso no disminuyo en un ápice la significación que tendría el que la bancada conservadora dejara de respaldar al gobierno", añadió el titular del Interior y Justicia, para apuntar que "si ustedes toman hoy la decisión de que se lanzan a la oposición (...), yo digo que ahí sí estamos en una crisis política de fondo".
Para Londoño, "esa crisis no se podría resolver, pienso yo, sino con elementos extremos, que el presidente ha considerado, inclusive el de anticipar las elecciones".
"El (Uribe) dice que no va a permanecer en el Palacio de Nariño (sede del Ejecutivo) simplemente para sobrevivir durante dos años o durante tres años que nos quedan si no puede hacer nada por la nación", agregó.
El ministro hizo la advertencia cuando el equipo económico del gobernante se apresta a presentar al Congreso un fuerte proyecto de impuestos, elaborado para llevar el vacío que dejó el fracaso del referendo votado el pasado 25 de octubre.