Managua(EFE).- Organismos a favor y en contra del aborto en Nicaragua mantienen una polémica ante la disyuntiva de interrumpir o no el embarazo de una niña nicaragüense de 9 años, con unos cuatro meses de gestación, que fue violada en Costa Rica.
La menor, cuyo nombre se mantiene en reserva para proteger su intimidad, fue violada cuando recolectaba café en Costa Rica por un individuo al que las autoridades costarricenses aún no han capturado.
La niña regresó con sus padres el jueves a Managua, por gestiones de la Cancillería nicaragüense, luego de que en hospitales de Turrialba y San José le detectaron el embarazo de unos cuatro meses y dos enfermedades de transmisión sexual.
El procurador especial de Nicaragua para la niñez, Carlos Emilio López, informó hoy a la prensa local de que recibió una carta de los padres de la menor, en la que solicitan ayuda del Gobierno para que se le interrumpa el embarazo a su pequeña.
Los padres, que permanecen en Managua en un albergue lejos de los medios de comunicación, apuntan que "lo que la niña ha dicho es que no quiere morir, nosotros no queremos perderla, sabemos que con sólo nueve años que tiene se puede morir".
Añaden que las dos enfermedades de transmisión sexual que padece, no se le han podido tratar "por su estado de embarazo".
El procurador López se dirigió a las ministras de la Familia y de la Salud, Nathalia Barillas, y Lucía Salvo, respectivamente, para que en forma urgente integren una comisión de especialistas que definan si se le puede practicar o no el aborto a la menor.
Según el Código Penal nicaragüense, el aborto está prohibido, pero se permite el aborto terapéutico en caso de riesgo de muerte de la embarazada y si lo dictaminan al menos tres facultativos, argumentó.
La posibilidad de interrumpir el embarazo de la niña fue rechazado hoy en la prensa local por varios expertos, que sostienen que la menor tiene el 85 por ciento de posibilidades de que su embarazo llegue a feliz término.
Por el contrario, representantes de la Red de Mujeres en contra de la Violencia se inclinan por interrumpir el embarazo de la menor, porque está en riesgo su vida y argumentan que el crecimiento del feto no podrá acomodarse a sus pequeños órganos.
Una delegación de ese organismo que viajó a Costa Rica denunció el jueves que en ese país a la niña le violaron su derecho a la salud, porque no le combatieron las dos enfermedades venéreas, y las autoridades insinuaron que el violador es su padre "para desviar la atención del verdadero culpable".