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JERUSALÉN.- La policía israelí interrogó ayer durante siete horas al primer ministro Ariel Sharon por escándalos relacionados con financiamiento político que podrían dañar a su gran popularidad entre el pueblo de Israel.
La policía está investigando al líder derechista y sus dos hijos sobre un préstamo de 1.5 millones de dólares de un amigo de Sudáfrica usado como ingreso colateral y que las autoridades judiciales calificaron había sido contribución ilegal a la campaña de Sharon para las elecciones para el liderazgo del Partido Likud en 1999.
Otro escándalo tiene que ver con lo que la policía dijo fueron esfuerzos de un constructor, vinculado al gobernante partido Likud, para comprar una isla turística griega con la ayuda de Sharon cuando era ministro de Relaciones Exteriores, empleando a su hijo Gilad y donando a su campaña.
Sharon ha negado haber hecho nada ilegal y prometió cooperar con la investigación.
“Lo interrogaron durante siete horas sobre el asunto de la isla griega. La sesión ha terminado”, dijo un portavoz de la policía después de que los investigadores abandonaron la residencia oficial de Sharon en Jerusalén, al concluir su reunión con el primer ministro.
No hubo comentarios inmediatos de Sharon o de su oficina. La policía tampoco ha anunciado si habrá más interrogatorios.
Comentaristas políticos opinan que aunque la imagen de Sharon ha sufrido en Israel, no enfrenta un riesgo inminente de tener que abandonar el cargo porque aún disfruta de un fuerte apoyo del público por su postura frente a tres años de levantamiento palestino.
Sin embargo, una encuesta reciente reflejó que la mayoría de los israelíes preferiría que Sharon renunciara si aparecen pruebas de que cometió irregularidades.
Gran parte de la publicidad en el caso se ha concentrado en la renuencia de Gilad Sharon a responder a preguntas de la policía o entregar documentos, alegando su derecho de mantener silencio y no autoincriminarse.
La policía lleva meses investigando los escándalos y también ha interrogado al otro hijo de Sharon, Omri, un legislador del Likud.
Los antecesores de Sharon Benjamin Netanyahu y Ehud Barak también fueron blancos de investigaciones de corrupción que a la larga no arrojaron cargos judiciales en su contra.