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MÉXICO, D.F.- Las pruebas habían funcionado. Todo estaba listo para que desde Tijuana, Baja California, se interrogara vía un "chat" encriptado a cinco policías estadounidenses que se encontraban en las oficinas de la agregaduría de la Procuraduría General de la República (PGR) en el consulado mexicano en Los Ángeles, California.
Los detectives del condado de Ventura, California, testificarían en el juicio que se le inició en México a un sujeto, presuntamente por haber asesinado a una persona en Estados Unidos.
Por primera vez se podía interrogar desde México a testigos de un proceso judicial que se encontraban en el extranjero mediante una videoconferencia transmitida por Internet en una especie de "chat" electrónico encriptado.
Sin protesta
Debido a lo novedoso del caso, el juez mexicano de entrada les explicó a cada uno de los policías del condado de Ventura - quienes llevaron a cabo las investigaciones del homicidio- que si la diligencia se hubiera llevado en México habría tenido que apercibirlos de las penas en que incurre quien no declara la verdad, pero que por la naturaleza tan especial de su participación "no era posible protestarlos", por lo que tan sólo les pedía que dijeran la verdad.
Y así dio inicio la pasarela. Uno a uno y por separado los detectives fueron interrogados, tanto por el juez como por el agente del Ministerio Público y por el abogado defensor, para lo cual fue necesario que los policías y los funcionarios mexicanos fueran apoyados por intérpretes, tal y como hubiera sido si la declaración se les hubiera tomado de manera personal en el juzgado.
De no ser por el apoyo de la tecnología, para tomar la declaración de los policías el juez mexicano habría tenido que enviarle al agregado de la PGR en Los Ángeles un pliego de preguntas para que se las formulara a los detectives.