EDITORIAL Columnas Editorial Caricatura editorial

Política al aire

Miguel Ángel Granados Chapa

En todo el país, el espacio electrónico se aligerará notoriamente a partir de hoy. Quedarán fuera del aire las campañas propagandísticas que, con cargo a los contribuyentes, realizan de modo permanente pero con énfasis reiterativo en las semanas recientes, el Gobierno Federal y la mayor parte de los estatales. Volveremos a escucharlas a partir del siete de julio, después de la jornada electoral. Y es que la suspensión por tres semanas resulta de una invitación formulada por el Instituto Federal Electoral, con miras a la equidad en los comicios. A falta de regulación jurídica, hizo falta un llamado así de la autoridad electoral, análogo al que se emitió hace tres años y dotado de mayor fuerza que el primero acordado por ese órgano, en 1994. La insistente presencia de la publicidad gubernamental y en particular la del presidente Fox, altera por completo la competencia. Se requiere ser “miope o tonto” como dijo el propio Fox hace tres años, cuando pidió silencio al presidente Zedillo, para no comprender la fuerza propagandística que en favor del PAN contienen los mensajes presidenciales, con que se ha ametrallado a los oyentes y televidentes durante mayo y junio.

Notoriamente Acción Nacional y la oficina de imagen de la Presidencia han actuado de consuno, para poner la imagen personal del Ejecutivo al servicio de su causa electoral. Ya probó cuán eficaz llega a ser en ese terreno. Aunque sólo la ignorancia lo supone artífice único de la victoria panista (detrás de la cual estuvo un esfuerzo de más de sesenta años y una acumulación de activos electorales), no puede negarse que la habilidad comunicadora de la estrategia foxista, la explotación de su imagen produjo la diferencia en el 2000. Se busca repetir ese resultado ahora y ya que el Presidente no es candidato, se le convirtió en la encarnación de las cualidades panistas.

Al margen de la eficacia de esa estrategia, lo cierto es que la abundante presencia de Fox ante ojos y oídos de los votantes desequilibra la competencia. Sumados los tiempos de la campaña prototípica de esta temporada (México pregunta, Fox responde) con los suyos propios, resulta que el PAN se ve altamente favorecido. Ese es un factor probable de sus amplias posibilidades de obtener no la mayoría absoluta en San Lázaro, objetivo que al parecer ningún partido conseguirá y del crecimiento de esas posibilidades en fechas recientes.

Y en la eventualidad de que el proceso concluya con el dato no esperado pero posible de que Fox logra construir su mayoría, habrá que atribuirla a su onerosa presencia ante cámaras y micrófonos, respondiendo entre otras arduas preguntas a la que lo halaga queriendo saber por qué es tan grandote. Naturalmente la respuesta mentiría si dijera que la leche de Liconsa, a la que se hace propaganda en ese caso y a la que se llama “fortificada” (como si fuera una posición militar) produjo ese resultado, porque la familia en que nació el interlocutor del niño curioso estuvo lejos de la necesidad de acudir a subsidios alimentarios, que comenzaba a haberlos en los cuarenta, los años de infancia del hoy Presidente de la República.

Otra iniquidad resulta de la abundosa presencia presidencial en los medios electrónicos. Se justifica la alta frecuencia de sus apariciones alegando que se cargan a los tiempos oficiales y que por eso no cuestan. Se falta a la verdad porque una porción importante de esos tiempos oficiales son los de carácter fiscal, modificados en bien de los líderes de los concesionarios en octubre pasado. Esos tiempos fiscales son pagos de impuestos en especie y debe utilizarlos el Estado, no sólo el gobierno y menos aún sólo el titular del Ejecutivo. La demasiada frecuencia de las apariciones presidenciales resulta en desmedro del resto de las necesidades estatales de difusión electrónica.

Antes que la presidencial, el IFE obtuvo respuesta explícita a su invitación de los gobernadores perredistas de Baja California Sur, Michoacán, Tlaxcala y Zacatecas y del panista de Jalisco. Todos ellos habían retirado su propia propaganda antes de hoy, día fijado en la comunicación de la autoridad electoral federal, para que la veda comprenda los veinte días previos a la elección. El Gobierno Federal estaba el domingo por anunciar su adhesión al pedido del IFE y lo mismo harían los más de los gobernadores priistas, que condicionaron su decisión a la de la Presidencia de la República.

El IFE no incluyó en su invitación a los gobiernos de las entidades donde habrá elecciones locales el propio seis de julio, porque en esos casos las leyes electorales locales hacen obligatoria la abstención y no la dejan a voluntad de los gobernantes. Por actuar en la sede de los poderes federales, el Instituto Electoral del Distrito Federal, además de actualizar la prohibición legal, exhortó al gobierno de la República a abstenerse de efectuar propaganda en los límites territoriales a que se extiende la autoridad del IEDF a partir del seis de junio. Fox no sólo siguió hablando, sino que el órgano electoral local no tuvo siquiera acuse de recibo de su exhortación.

El jefe del gobierno capitalino Andrés Manuel López Obrador acató la prohibición de modo expreso el cinco de junio, pero sus propios compañeros del PRD lo pusieron en entredicho, como si flagrantemente faltara a su deber y a su palabra. Reciclaron un viejo mensaje, de cuando presidía el partido en 1997, y dejaron suponer que era actual. El mensaje ya fue retirado a petición expresa del afectado.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 35758

elsiglo.mx