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Ponen en ?jaque? al sector alimentos

Notimex

México, DF.- La industria de alimentos balanceados en México está en riesgo de cerrar plantas productoras, debido a las limitaciones legales para importar maíz amarillo, con lo que se pone en peligro la producción doméstica de casi 23 millones de toneladas.

Así lo consideró el presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos Pecuarios Balanceados, Juan Antonio Pedroza Martínez, e indicó que en lo que va del año esa situación ha propiciado el aumento del costo de la leche, carne y huevo en hasta cinco por ciento.

Opinó que México no es autosuficiente en producción de granos forrajeros, por lo que las limitantes en la Ley de Ingresos de la Federación han puesto ?en jaque? a la industria.

Por lo anterior, Pedroza Martínez propuso eliminar el Artículo Quinto Transitorio de la citada Ley, ya que en opinión de los productores de alimentos pecuarios no se justifica el imponer un arancel a la sobrecuota del cupo de maíz, así como tampoco la obligatoriedad de realizar agricultura por contrato.

Al respecto, el director general de la Asociación, Fernando Aramburo, explicó que ?la limitación a la importación del maíz amarillo en los últimos cuatro años viene a través de la legislación y los productores que andan en la grilla convencieron a los legisladores de que la importación de maíz amarillo tenía que controlarse, producto que no se elabora en México?.

Dijo que en la Ley de Ingresos, este año se limitó el tope de las importaciones, condicionado a que se justifique un volumen de agricultura por contrato de maíz amarillo nacional para poder dar los sobrecupos de importación y ?no podemos salir adelante con este candado?.

En primer lugar, explicó, porque a medio año de que se aprobó la ley aún no han salido las reglas de operación de agricultura por contrato, misma que ?es muy difícil hacer? en el caso del maíz amarillo, pues los agricultores nacionales producen sólo el blanco, para consumo humano.

Para que los productores hagan maíz amarillo y acepten un contrato por este alimento, sus compradores necesitan pagarles a precio de indiferencia y que el gobierno pusiera la diferencia vía apoyo. ?No hay agricultores que quieran hacerlo más que por cantidades pequeñísimas, lo cual nos impide tener acceso a las importaciones de maíz amarillo?.

De acuerdo con datos proporcionados por la misma Asociación y el Consejo Coordinador de la Industria de Fabricantes de Alimentos Balanceados para Animales, para complementar su abasto, el sector pecuario -en los últimos años- ha recurrido en promedio a 5.5 millones de toneladas anuales de importaciones de maíz amarillo, así como de sorgo e incluso maíz quebrado. Estos dos últimos más caros.

En el 2002 se alcanzó el récord de diez millones de toneladas, es decir, el 60 por ciento del total de las necesidades.

Así, ?la restricción de los cupos de importación al sector y el importar sorgo en los últimos dos años a precios por arriba del maíz amarillo han mermado la competitividad del sector pecuario al no poder participar en el mercado exterior de la manera más óptima?.

Al hacerla sumatoria de los costos por los conceptos que el sector pecuario asumió ante la restricción de importar maíz amarillo libre de arancel del 2000 al 2002 arroja la cantidad de 214 millones de dólares.

En este sentido, Juan Antonio Pedroza advirtió que para ser competitivos, se requiere de un abasto de insumos a precios internacionales.

?Nosotros usamos maíz amarillo y en México sólo se producen 400 mil toneladas, cuando necesitamos seis millones?, en este caso y aunado a los límites en los cupos de importación de maíz amarillo, los productores de alimentos pecuarios se ven obligados a importar sorgo.

?El problema aquí es que los productores estadounidenses incrementan el precio de este insumo, a pesar de que dicha materia prima es de menor calidad, lo que representa alrededor de 40 millones de dólares en exceso?.

Este cargo en el costo de los insumos se refleja necesariamente en los productos finales como son la leche, la carne y el huevo que en promedio, en lo que va del año se han incrementado en 5.0 por ciento.

El riesgo ante este panorama es que empiece la importación de alimentos balanceados terminados, al no existir arancel para ello, e incluso pueden entrar a costos menores que los que se producen en el país.

Esta situación, además de provocar un rompimiento en la cadena productiva pone en riesgo a las 396 plantas instaladas en México, mismas que generan 40 mil empleos directos y 200 mil indirectos, con una producción anual de 22 millones 533 mil toneladas, equivalente a 56 millones 726 mil pesos.

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