Nosotros Las palabras tienen la palabra VIBREMOS POSITIVO Eventos

Ponga límites en sus amistades

La complicidad entre amigos, principalmente jóvenes, puede perjudicar a terceras personas

SUN-AEE

La amistad es más significativa en la juventud; sin embargo, ésta tiene sus límites y puede fracturarse por la complicidad que llega a existir entre los amigos.

Algunos jóvenes, quienes en nombre de la amistad han estado involucrados en actos que dañan la integridad de alguna persona, saben que el sentirse culpables puede hasta quitarles el sueño por mucho tiempo, lo que de acuerdo con el sicólogo Sergio López Ramos, puede somatizarse.

“Actuar en contra de nuestros principios produce culpa. Tener un cargo de conciencia puede hasta provocar una enfermedad. Por eso yo recomiendo que la gente pida perdón’’, indicó.

Asimismo, el sicólogo manifiesta que existen complicidades que no son malas, pero que los excesos pueden fracturar la amistad, incluso de dos amigos que lo han sido durante toda la vida.

“Ser cómplice puede ser sano y permitir el crecimiento mutuo, partiendo del principio de que mientes por defender una vida. Sin embargo, los excesos degradan la amistad, porque dan oportunidad de que surja el chantaje y de que el otro actúe comprometido’’.

Legalmente la complicidad es la cooperación y participación de alguien en la comisión de un delito. Los diccionarios de la lengua española coinciden en que esta actitud muestra que existe conocimiento, por parte de dos o más personas, de algo que es secreto.

No obstante, esta palabra en la vida real adquiere diferentes connotaciones para los jóvenes, pues para algunos ser cómplice ha significado lealtad, aventura y hasta sorpresas.

“Fue en una librería. En el local sólo estaba una viejita a quien le pedimos los títulos que buscábamos. Mientras ella revisaba, mi cuate y yo descubrimos una colección que nos interesaba. La señora, sin voltear, nos preguntó si el que queríamos era el que traía en sus manos. ‘No, es otro’, mentía mi amigo. Poco a poco colocó los codiciados libros debajo del suéter. Agarró cuatro, me dio uno a mí, dio las gracias y salimos’’, Jorge Moreno (nombre ficticio), 23 años.

“Una vez fui cómplice de un amigo por amistad y apoyo. Me sentí mal porque sabía que el ayudarlo implicaba perjudicar a alguien’’, confiesa Yusset Kuri, estudiante.

Por su parte, Adriana Carlos dice haberlo hecho por tratarse de una sorpresa y señala que jamás lo haría para causar algún mal. “Si se trata de guardar el secreto en la organización de una fiesta, entonces creo que lo seguiré haciendo. Esta complicidad no perjudica a nadie’’, señala la joven de 19 años.

Cecilia, 25 años: “Laura se había hecho novia de Pablo (ambos amigos míos). A los dos meses él me confesó que había embarazado a su ex novia. Me hizo jurar guardar el secreto y me pidió el teléfono de mi primo, pasante en medicina, para que le recomendara algo para provocar un aborto.

“Mi amiga me llamó a los dos días para contarme que esperaba bebé. Quería contarle qué clase de patán era el padre, pero un comentario me dejó helado: ‘Pablo está muy contento. Ayer me trajo unas pastillas que son vitaminas para el bebé. Ya me las tomé’. Sabía que era cómplice y no le dije nada.

“Fue triste verla llorar días después cuando me contó que había expulsado el producto. ‘¿No sé qué pasó?', me dijo. Yo sí sabía, pero por supuesto, que no me atreví a decirlo".

Leer más de Nosotros

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Nosotros

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 28216

elsiglo.mx