Perdón por el derrame de bilis de la semana pasada. Felizmente ya llegó marzo y mi ánimo ha mejorado bastante con la inminencia de la primavera y más aún por el maravilloso sueño que tuve de que al arrullo de los violines que musicalizaron el reciente desayuno cupular del PRI en un lujoso hotel de esta capital, la pareja bien pareja Madrazo-Gordillo anunciaba su decisión de irse de escudos humanos a Iraq. Una multitud agradecida los sacaba en hombros de la plaza cuando desperté.
Fue sólo un sueño pero la ilusión de que resulte premonitorio me trae de muy buen humor. Ojalá que la llegada de la primavera ilumine también el ánimo sombrío de Presidenfox porque sus amenazantes declaraciones de que: “Todos aquellos que quisieran ver caer a la pareja presidencial, todos aquellos que están esperando ver cuándo se tropiezan, van a beber una sopa de su propio chocolate” como hasta él mismo debe haberse dado cuenta ya, no resultaron afortunadas, especialmente si se suman a las de la Señora Marta cuando hace unos meses ella sola se aventó a los leones declarando que “ser primera dama es una gran oportunidad que no pienso desperdiciar, gústele a quien le guste y pésele a quien le pese”
¡Ay Dios! Bájenle tantito ¿a qué viene tanta intensidad? Nadie quiere que nuestro Presidente tropiece y tampoco vamos a tomar sopita de chocolate, y menos con este calorón. Es natural que en una sociedad como la nuestra donde no es costumbre todavía que los maridos tomen en serio a sus mujeres, la actitud apoyadora y solidaria de nuestro enamorado Presidente para con su nueva esposa, provoque por lo menos desasosiego. No hay que olvidar que la costumbre es que los señores mexicanos anden como chivos locos haciendo lo que se les pega su gana. No obedecen...pero así les va.
Ya lo dice el refrán: “El consejo de la esposa es poco pero quien no lo atiende es un loco”. Pero aquí estamos y somos mayoría, los ciudadanos que pensamos que Vicente Fox está cumpliendo de la mejor manera que las circunstancias le permiten, el mandato que le hemos encomendado. Que su señora se acomida y se sume con energía y entusiasmo a las labores filantrópicas y de buena voluntad que aprovechando su posición de esposa del Presidente, se le facilitan, no es nada novedoso, todas las consortes a su manera lo han hecho así. Además, nada hace más falta en nuestro país que valorar el talento y el trabajo femenino, especialmente si éste es voluntario, aunque tratándose de la esposa de un hombre público hay que hilar muy fino para que no se noten las costuras. Nadie en este momento espera ver a la consorte atrás del Presidente sino junto a él apoyándolo, sumándose en lo posible a su proyecto aunque sin interferir en ámbitos que no le corresponden y para los que no está calificada.
Es necesario tener presente que una cosa es ser esposa del Presidente y otra ser “pareja presidencial”, figura jurídica que no existe en México donde la presidencia no es bicéfala. De momento y por seis años sólo elegimos a Vicente Fox. Día llegará en que exista una señora presidenta pero esto tendrá que ser por la vía electoral y no por la matrimonial. Quizá para que las aguas se tranquilizaran bastaría con que la Señora Marta no le pusiera tanta crema a sus tacos y que Presidenfox se hiciera cargo de que no nos puede imponer por Decreto la admiración y el amor que él siente por su esposa. ace@mx.inter.net