Los intentos de suicidio son llevados a cabo por todo tipo de gente: ricos y pobres, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, casados y solteros. Hay cinco señales de advertencia en un suicida potencial que es necesario tomar en cuenta cautelosamente:
1.- El deseo expreso de morir.
2.- Intentos suicidas previos.
3.- Depresión mental aguda y crónica.
4.- Cambios marcados en la conducta o la personalidad.
5.- Arreglos finales, incluyendo el testamento, previos a la muerte.
Si una persona es potencialmente suicida, lo más prudente es hablar de inmediato con ella acerca de sus sentimientos y problemas.
Hay la concepción errónea que solamente los profesionales de la salud mental pueden ayudar a una persona que está contemplando el suicidio. Es necesario hablar con el suicida potencial larga y detalladamente. Cuando hay amor o amistad sinceros de por medio, se facilita más persuadir al suicida potencial que abandone sus pensamientos destructivos. El problema es que mucha gente que contempla el suicidio, precisamente siente que no tiene gente importante alrededor de su vida. Mucha gente intenta el suicidio, sin proponérselo seriamente, solamente para llamar la atención, pero no pocas veces los riesgos son mal calculados y las personas mueren.
Reaccionar a los intentos manipuladores de un suicida potencial no significa necesariamente que permita uno ser manipulado. Frecuentemente, una reacción apropiada es reconocer la amenaza de suicidio como manipuladora y tratar de entender las señales que está enviando la persona. Hay que mostrar al suicida potencial que se tiene cuidado y preocupación por él, pero sin permitir extorsión.