TORREÓN, COAH.- Las condiciones climatológicas no eran óptimas, y el rival, Jaguares de Chiapas, no representaba atractivo alguno para el público; la entrada regular en el Estadio Corona se antoja lógica, si se considera además la difícil situación económica en el país, de la cual no ha escapado la Comarca Lagunera.
Ayer fue un día especial en el Estadio Corona y sus alrededores, debido al Plan Emergente de Seguridad, que estableció la Federación Mexicana de Futbol la semana antepasada, en las afueras del escenario algunos aficionados se preguntaban qué estaba prohibido pasar por las puertas de acceso y varios se sorprendieron al percatarse de la imposibilidad de meter las sillas que normalmente utilizaban para ver más cómodamente el juego, principalmente en Sol y Sombra; a la entrada se proporcionaban cojines y el aficionado pasaba, luego de dejar su silla en la puerta, la cual le fue devuelta al término del partido.
?Está muy caro, mejor vamos a Sol, al cabo el día está nublado y no habrá problemas?, decía un aficionado a su acompañante, mientras buscaban un boleto para el Santos-Jaguares. ?Pero en Sol la raza es pesada, mejor nos quedamos en Sombra, la diferencia no es mucha?, fue la respuesta.
Se acercaban las cuatro de la tarde y el Estadio Corona lucía algunos huecos, el más significativo en Sombra Norte, ahora no se vieron aficionados del equipo visitante, el viaje desde Tuxtla Gutiérrez es muy pesado y los propios jugadores hicieron cuatro horas en el vuelo charter.
Fue emotivo el minuto de aplausos para las pequeñas de Joaquín Reyes y Moisés Arce, al final Gilberto Alcalá ordenó el arranque del partido. En la tribuna no se veía mucho entusiasmo, Armando Cobián, a través del sonido local, trataba de entusiasmar a la gente, pero la respuesta era tibia, el mal sabor de boca que dejó la actuación ante el Puebla, quizá estaba en mente de los asistentes.
Jaguares de Chiapas, como se esperaba, bien plantado atrás y en busca de hacer un gol mediante el contragolpe; Santos no se encontraba en la cancha y la colada de Franz Torres por banda izquierda fue letal, vino el centro y el autogol de Carlos Cariño, el cuadro local ya perdía 0-1 y desde la tribuna llegaba un suave grito de Santos...Santos, que no tardó en apagarse.
El público no se entusiasmaba con el accionar de su equipo, Jaguares seguía bien plantado y el esfuerzo de Santos no era suficiente, hasta que Héctor Altamirano empató con un fuerte tiro de zurda, que levantó de sus asientos a los seguidores albiverdes.
Un simpático vendedor de dulces y frituras no encontraba la demanda que esperaba de sus productos y por momentos se sentaba en la canastilla a observar el partido; Santos equivocaba algunos pases y la desilusión en algunos rostros no se hacía esperar: ?Papas para el coraje? gritaba el vendedor, que lograba arrancar la sonrisa de quienes estaban cerca de él.
Terminaba el primer tiempo y los directores técnicos de tribuna hacían sus comentarios: ?Debe meter a Guto, Jared no está al cien por ciento, Lillingston es la opción; Pedro Jiménez por el gachupín, ese Pony no está en buen momento; Tena, mejor saca a todos?, gritó un aficionado, que a esas alturas ya mostraba desesperación y quizá presentía algo malo.
Y los presagios se hicieron realidad, cuando Guillermo Ramírez escapa a la marca de Gabriel Palmeros, manda su centro y gol de Lucio Filomeno para el 1-2, en favor de Jaguares, ahora el grito de Santos...Santos era con mayor fuerza, pero la gente seguía fría y no lograba conectarse con el esfuerzo de los jugadores locales, quienes con más ganas que idea, intentaban abrir el ostión de Jorge Garcés.
Eduardo Lillingston es llamado por el director técnico y la reacción no se hizo esperar: ?Hasta que te decidiste Tena, ya era hora; el atacante albiverde tuvo dos buenas opciones de gol, pero todo quedó en un suspiro de la tribuna. El tiempo pasó y ahora fue Guto quien acudió al llamado de su técnico: ?Vamos brasileño, demuestra algo, porque si no, te regresas a Zacatepec?; en esta ocasión el relevo carioca no dio resultado y Jaguares era cada vez más dueño del control del partido.
?Tena, sácalos a todos, entiende ¿qué no ves??, y una voz inocente responde: ?¿Y entonces con quién quieres que juegue??.
Árbitro central y jueces de línea no escaparon a los insultos de las porras de Sol, la impotencia cada vez era mayor, Santos Laguna no podía descifrar el esquema chiapaneco y la resignación había llegado, sólo en espera del silbatazo final de Gilberto Alcalá.
Caras tristes y muchos comentarios: ?Joaquín hizo falta, y qué me dices de Luis Romero?, decía un aficionado tristemente a su esposa, que lo miraba con atención: ?No importa, juegan mejor de visita y ahora van contra Cruz Azul?.
Sonó el silbatazo final y el equipo local fue despedido con abucheos, Santos había perdido ante un equipo que una vez más, los expertos calificaron como inferior a lo largo de la semana; por vez primera se escucharon silbidos y abucheos en contra de Rodrigo ?El Pony? Ruiz, y es que el chileno hace tiempo está lejos de su nivel de jugador estelar. El rendimiento en general fue malo, aunque intentaron las cosas; antes se pedía un triunfo de visita y llegó ante el América, ahora la solicitud es diferente: ?Por favor, ganen en casa?. En esta ocasión el esfuerzo al parecer no valió la pena; ¿será igual en la visita de Tecos, en la fecha siete?.