Jerusalén (EFE).-Cinco palestinos muertos y más de una veintena de heridos es el balance de una jornada de incursiones militares israelíes que apuntan a lo que puede llegar a ser la línea del próximo gobierno de Ariel Sharón.
El Ejército israelí lleva a cabo desde la mañana de hoy, jueves, una vasta operación militar en la ciudad de Hebrón para arrestar a militantes palestinos, pero también se han registrado operativos de menor envergadura en Tulkarem, Jenín y la franja de Gaza.
Esta es la primera vez en seis meses que el Ejército bloquea con tanques todos los accesos a la ciudad de Hebrón, lo que la ha dejado desconectada de las aldeas a su alrededor.
Las tropas también han dividido la ciudad con bloqueos en sus calles interiores.
"Han colocado terraplenes de arena en las carreteras y a su lado están los tanques por lo que nadie puede moverse", dijo el alcalde de esa ciudad palestina -de 120.000 habitantes-, Mustafa Natche.
Agregó que el Ejército ha clausurado tres comisarías de la Policía palestina, así como tres centros de educación superior, dos estaciones de televisión y una de radio.
Portavoces militares dijeron que se trata de una operación de limpieza, después de que 22 israelíes murieron allí a manos palestinas desde mediados de noviembre.
El Ejército ha confirmado que están buscando a activistas de distintas organizaciones y que sus hombres han entrado con nombres y direcciones.
"No tenemos ni idea de cuántas personas han sido arrestadas, pero te puedo decir que la situación en la ciudad es muy difícil porque hay gente que no ha podido aprovisionarse de alimentos", denunció Natche.
El alcalde dijo que el Ejército no le ha comunicado cuánto tiempo durará la operación militar, pero estimó que será de varios días a una semana.
En una conversación telefónica con el presidente de la ANP, Yaser Arafat, Natche le pidió la intervención de la comunidad internacional para aliviar la situación de sus habitantes, así como la de los cónsules generales extranjeros en Jerusalén.
Por el momento, y pese a la envergadura de la incursión, no se ha informado de víctimas, y los detenidos son siete, según versiones militares.
Los cinco muertos y una parte de los heridos se registraron en Tulkarem y en la aldea de Beit Hanún (Gaza), mientras que 17 palestinos fueron heridos en la aldea de Tamún, cerca de Jenín.
Las dos primeras víctimas fueron asesinadas por soldados de una unidad policial encubierta en Tulkarem, en una operación en la que resultaron heridas otras 10 personas.
Se trata del líder de las Brigadas de Al-Aksa en dicha ciudad, Fadi Jabber, y su ayudante Kakur Abadia, quienes fueron abatidos por una unidad de soldados disfrazados de árabes.
Las fuentes palestinas dijeron que los soldados rodearon la zona donde se hallaban Jabber, su ayudante y otros militantes, y abrieron fuego contra ellos.
El Ejército israelí dijo, sin embargo, que los soldados trataron de arrestar a Jabber y que éste y su ayudante abrieron fuego y murieron en el tiroteo. Agregó que se trata de "dos (individuos) buscados por actividades terroristas".
Pero la versión militar ha sido también impugnada por un diputado del frente pacifista israelí Méretz, Mosi Raz, que en estos momentos sirve como oficial reservista en esa ciudad palestina.
Raz, que dijo haber oído hablar de los hechos a un alto oficial en ese sector, señaló que no se trata de dos milicianos sino de uno sólo, tras lo cual criticó al Ejército por desfigurar los hechos.
Jabber era el sustituto de uno de los fundadores de las Brigadas de Al-Aksa, Raed Karmi, asesinado por Israel en enero de 2002.
A esas dos muertes siguió la de otros tres militantes, al parecer del Movimiento de la Resistencia Islámica, que murieron en el norte de la Franja de Gaza.
Según el Ejército, los tres palestinos trataban de disparar cohetes Kasam contra el territorio israelí desde los alrededores de la aldea de Beit Hanún y fueron detectados junto a las lanzaderas por una fuerza militar, que los abatió desde un kilómetro de distancia.
No lejos de allí, en la localidad de Yebalia, un civil palestino resultó con heridas graves, también por fuego israelí pero en circunstancias que no han sido aclaradas.
Otros 17 palestinos fueron heridos hoy por proyectiles de bala y caucho en la aldea cisjordana de Tamun, cerca de Jenín, cuando un grupo de jóvenes lanzaba piedras a las tropas israelíes.