Gómez Palacio

Por necesidad beben agua contaminada

Bermejillo es un pueblo olvidado por las autoridades donde lo único que sobra es la cerveza

BERMEJILLO, DGO.- Niños, jóvenes y adultos hacen fila con su garrafón o balde vacío en los brazos hasta que les toca el turno. Unos en camioneta, otros en triciclo y unos más a pie, los habitantes de Bermejillo acuden a la “Planta Municipal Purificadora de Agua Potable” para cambiar un peso por 20 litros del vital líquido.

El agua de la red de abasto por tubería no es muy confiable y su sabor es amargo por su dureza (alto contenido en sales y metales).

“A veces, ni para lavar sirve”, comenta Consuelo Barrientos. La necesidad obliga.

Otra señora apenas si puede andar con su triciclo cargado con cerca de 100 litros.

“Voy hasta San José (el pueblo donde vive)... hago como treinta minutos”.

Este problema ya es de años. “Pues aunque sea salada tan siquiera ahora tenemos, porque antes teníamos que escarbar y sacar de unos pozos aquí en plena calle”, explica María Elena García Gómez.

No obstante, las autoridades ya han recomendado a la población que no beba de la llave. Los que pueden pagar los doce pesos, compran su garrafón en una de las dos empresas purificadoras privadas que operan en Bermejillo. Los que no, van a la planta del municipio, ubicada casi a la entrada del pueblo.

La planta

Jorge Saldívar, encargado del edificio, comenta que éste se inauguró hace cerca de tres meses debido a la exigencia que los pobladores manifestaron con el gobernador, Ángel Sergio Guerrero Mier y el presidente municipal de Mapimí, Javier Antillón Ramírez.

La planta de purificación, a simple vista, consiste en dos enormes tinacos que sirven como almacenamiento del líquido sin procesar, el cual llega, según informes, desde los pozos de Rancho Blanco y de San Sebastián, la Pequeña Propiedad de Jesús Iriarte. De ahí se pasa a una máquina que consiste en ocho cilindros de metal conectados entre sí. Éstos, a su vez, se conectan a un tubo largo color blanco el cual llega hasta otros dos tinacos, en donde se guarda el agua purificada. Por último, otros tubos la conducen a las tomas donde se vierte a los recipientes vacíos.

Una vez llenos, se pasa a pagar y los que lo hacen, escriben después su nombre en un cuaderno.

“Es para llevar un control”, declara Jorge Saldívar.

En una de las paredes del lugar existe una cartulina sobre la cual se lee: “Este servicio es un bienestar social no lucrativo, por lo tanto, está prohibido hacer negocio con esta agua. Únicamente se dotarán por familia 100 litros”.

No obstante, Consuelo Barrientos comenta que “hay gente que lleva muchos garrafones en los carros de mulas y luego los anda vendiendo en las casas... que a cinco pesos, que a diez”.

El bermejillense puede surtirse del vital líquido en esta planta de las 9 a las 14 y de las 15 a las 17 horas entre semana; los sábados, de las 9 a las 13, y si no alcanzó, tiene que esperarse hasta el lunes porque el domingo no se trabaja.

Al solicitarle el resultado de los muestreos donde se establece que el agua es apta para consumo humano, Saldívar explica que ya fue solicitado a la Jurisdicción Sanitaria Número Dos del Estado de Durango, pero que, hasta el momento, no les ha llegado.

Autoridades ausentes

Para abundar sobre la problemática del vital líquido en la comunidad y sobre las soluciones que se han implementado y las que están por llevarse a cabo, este reportero visita el edificio que alberga la Junta de Gobierno de Bermejillo para platicar con su presidente, Miguel Guajardo Valdez, así como con quien encabeza la Junta de Administración del Agua, Arturo Landeros. Sin embargo, Héctor Medrano, empleado del lugar, comenta que el primero se encuentra “atendiendo su negocio de la Gasolinera”, por lo que no iba a llegar “sino como hasta el medio día”, lo cual sucede varios días de la semana. Pero Medrano aclara: “por esto no hay reclamos de la ciudadanía”. En cuanto a Landeros, su secretaria informa que éste “anda arreglando lo de un trabajo de tubería en una de las calles”.

“Hay poca agua... pero un montón de cerveza”

En Bermejillo habitan poco menos de 10 mil habitantes. La comunidad se divide en norte y sur, cuya fronteras son las vías de ferrocarril. La mayoría de las calles están aún sin pavimentar y el aspecto del pueblo es, en general, de abandono. El agua que llega a los hogares se abastece a través de la tubería, al igual que la que llega a la planta purificadora, desde las norias de Rancho Blanco y San Sebastián.

“No hay suficiente presión y casi nadie la toma”, dice Juan Hernández Cordero, lugareño.

Para intentar aminorar el problema, el Municipio solicitó hace ya algunos años el permiso de la Comisión Nacional del Agua para perforar y abrir un pozo en la Plaza Benito Juárez. No obstante, el propio Hernández Cordero señala que “no da abasto suficiente”.

Sentados en una banca de la Benito Juárez, alrededor de diez ancianos entablan álgida plática al cuestionárseles sobre el funcionamiento del pozo. “El agua de esa noria no sirve, nomás los de Trasgo se conectan ahí para llevársela a los pollos”, comenta uno de ellos. Otro lo interrumpe para decir “ni pa’bañarse... porque pura comezón le da a uno”. “El agua no sirve, está contaminada”, se hace oír otra voz. “Para mí que está envenenada”, exclama Alfonso Compeán, el más viejo de todos.

¿Por qué dice que está envenenada?

Y un compañero suyo es el que contesta: “pues, es que le echaron detergente para limpiarla, según dicen, pero ya mejor no la usan”.

¿Y cómo le hace la gente?

—Pues van a la planta purificadora. Aunque algunos todavía agarran de la llave... pues es que casi no hay agua aquí en Bermejillo...

Y Alfonso Compeán manifiesta: “lo que hay es cerveza de sobra; casi en cada esquina hay un expendio”.

De acuerdo a lo que estos pobladores explican, los bermejillenses pagan 45 pesos al mes por un servicio de agua potable por tubería que sólo se cubre durante 15 días. “Un día sí y un día no te la ponen... y luego rancia... aparte, si viven dos familias en la casa, te cobran de a doble”, señala Compeán.

Una planta más...

En el edificio que se encuentra en la plaza principal de Mapimí, cabecera del municipio del mismo nombre, al cual pertenece Bermejillo, el alcalde, Javier Antillón, establece que “el mismo día que entré a la administración, encontré los pozos tomados por unas personas del ejido San Nicolás”, por lo cual, durante un periodo de 6 meses, el agua no pudo ser surtida. Después de un pleito legal, el Municipio “comprobó que las norias le pertenecían”.

De acuerdo a lo que informa, a Bermejillo llegan alrededor de 13 litros por segundo (l/s) de Rancho Blanco. “Esa cantidad es para un rancho... para 800 habitantes”, establece.

Después de gestiones con el Gobernador de Durango, la Alcaldía pudo adquirir otra noria, la de San Sebastián, “pero para uso doméstico... que se entienda que es para uso doméstico”. Y más adelante explica el porqué de esta aclaración: “en la región de Bermejillo no hay un pozo bueno, o sea, que no tenga sales... o sea, agua gruesa”.

Y a pesar de que asegura reiteradamente que esa agua podría ingerirse, posteriormente señala que “el mismo señor Gobernador se comprometió y lo cumplió, de hacer una planta potabilizadora en Bermejillo y ahí está funcionando”.

Y agrega: “y se comprometió no nomás a una, sino a construir dos... y ya estamos por empezar el local de la otra planta en el mismo lado de la vía en la que está la otra”, ya que según dice, el otro lado sí está bien abastecido de agua.

Sobra la cerveza

De acuerdo a lo que informa el alcalde de Mapimí, Javier Antillón Ramírez, en Bermejillo se tienen registrados 63 sitios donde se venden bebidas embriagantes. El dato es de llamar la atención, si se toma en cuenta que en esta comunidad no alcanza los diez mil habitantes.

Solamente por la carretera que cruza el pueblo, se pueden observar alrededor de 30 expendios, cantinas y misceláneas en donde se vende alcohol.

El contraste es evidente cuando los propios pobladores dicen que “no hay agua en Bermejillo... pero sí cerveza de a m...”.

El costo del agua en Bermejillo.

- Servicio de red por tubería 45 pesos al mes

- Empresas purificadoras privadas 12 pesos el garrafón

- Planta Municipal de Purificación 1 peso por 20 litros

FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón.

Leer más de Gómez Palacio

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Gómez Palacio

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 29492

elsiglo.mx