Querida Secretaria:
Los cambios a nivel ejecutivo se están presentando con mucha frecuencia. Por lo general, ejecutivos más jóvenes están reemplazando a los empresarios de más edad.
Quizás estás pasando por la experiencia de tener un nuevo jefe, y estás tratando de adaptarte a su personalidad, pero desafortunadamente él no parece apreciar tus esfuerzos y quiere modificar todo. Esto ha sido muy frustrante para ti y hay momentos que has pensado en renunciar. Te has resistido a tomar esta determinación, pues no quieres perder tu antigüedad y el prestigio que has logrado en tus años de trabajo. Aquí están unos buenos consejos para salir adelante en esta situación:
Ante todo trata de no importunarlo, al principio, pero sí debes estar disponible al momento que te necesite. Cuando prepares algo para su firma, procura anticipar cualquier duda que pueda tener, añadiendo notas explicativas en cada pieza. Estas notas son más efectivas que cualquier explicación verbal.
Es muy importante que no lastimes el ego del nuevo jefe durante las primeras semanas ?puede ser que nunca te lo perdone. Por otra parte, tú tendrás que reprimir tu orgullo y permitirle que te indique las tareas que has estado ejecutando por años.
Cuando él cometa un error, espérate a que estén a solas para señalárselo. Cuando inicie un cambio, muestra algún entusiasmo ?aunque en el fondo lo veas con escepticismo. Si algunas de sus decisiones resultan desacertadas, él será el primero en reconocerlo.
No hay motivo por el cual tu jefe y tú no puedan formar un buen equipo, si estás dispuesta a olvidar tus lealtades para con tu antiguo jefe y pongas todo de tu parte para adaptarte a su manera de pensar. Sobre todo no juegues con la idea de que eres indispensable ?nadie lo es.
Date cuenta que ahora estás trabajando con una persona diferente. Ya que cada individuo tiene su propia colección de gustos y desagrados, por qué no relajarte y ajustarte a sus rutinas en lugar de tratar de conformarlo al molde de su predecesor. Él apreciará que demuestres la habilidad más importante de una asistente ?la adaptabilidad.
Sé leal. Si tus compañeros lo critican, por ejemplo, no participes en sus murmuraciones.
Tu pasada experiencia deberá ser una guía ?no una imposición, y recuerda que es mejor presentar tus ideas más bien como sugerencias.
El hecho que las cosas eran ejecutadas de cierta manera durante mucho tiempo, no significa que no puedan hacerse más eficientemente. Se dice que el estancarse es quedarse atrás. ¿Has estado muy bien acomodada en el nicho que tú misma te has edificado y que el menor prospecto de cambio representa ?demasiado trabajo? para ti? Esta actitud puede hacernos repelonas y quisquillosas.
Muy importante: No trates de venderle tus ideas a tu jefe ni a nadie más, a no ser que éstas estén en el mercado.
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