Querida Secretaria:
Cómo liberar tu mente de una autoestima confusa
¿Saboteas tu mente con dudas, manipulaciones y distracciones?
Nuestras mentes están siempre produciendo pensamientos, pero algunas veces éstos son pensamientos chatarra, tóxicos que no hacen sino confundirnos. Reducen nuestra autoestima y nos impiden lograr lo que queremos, ya que rara vez están basados en la realidad. Alejándolos de la mente te hará una persona más efectiva y productiva. Vamos a analizar algunos tipos de pensamientos tóxicos con sus estrategias para eliminarlos:
1. No debería haber hecho/comido/dicho/eso
En el mismo instante que decimos o hacemos algo indebido, por sabotaje o ineptitud, nos atormentamos con un “no debería haber...”. Pero lo que realmente “no deberíamos hacer” es retacar nuestra mente con reflexiones de arrepentimiento.
Elimina ese pensamiento
Para detener el corto circuito de “mea culpas”, enfrenta el desacierto, componlo, si puedes –luego sigue adelante. Congela todo remordimiento.
2. Soy tonta/fea/gorda
Sin necesidad de ser narcisistas pasamos parte de nuestro tiempo pensando en nosotras mismas. De hecho, hay muchas personas que les chocan ciertos aspectos de ellas mismas y dedican horas pensando en sus defectos genuinos o imaginarios.
Elimina ese pensamiento
Si realmente piensas que estás gorda, que eres fea o tonta, entonces reduce tu queja de global a específica. ¿Te sientes tonta porque no estás al tanto de los sucesos actuales? Comienza a leer los periódicos. Apuntalando el problema te obligará a encontrar una solución o al reconocimiento de que tu depresión propia no es legítima.
3. Me van a despedir/cortar/rechazar
Los pensamientos frecuentes de que se va a terminar un romance o perder un trabajo, muy seguido no tienen relación con la realidad. Los temores irracionales pueden dañar hasta la relación más sólida.
Elimina ese pensamiento
Estos pensamientos chatarra son el resultado de nuestras inseguridades y miedos. Los empleas para irte preparando y no sufrir una desilusión cuando se presente la debacle. La única forma de cambiar este comportamiento es estando segura de que tus temores son legítimos. ¿Realmente mereces ser despedida? Si es así, emplea una estrategia para aumentar tus bonos en la oficina. Si no es así, deja de obsesionarte.
4. Ella es más lista/más bonita/más exitosa que yo
El compararte o compitiendo con las demás es un desperdicio de tiempo.
Elimina ese pensamiento
Para que dejes de estar comparándote con otras por este letrero en el espejo de tu baño y léelo todos los días: “La única gente perfecta que conozco es aquélla que no conozco bien”. Todo mundo ha experimentado fracasos personales. Asimilando esto, es un poderoso antídoto para la envidia.
El siguiente paso es preguntarte: ¿Qué tan bien estoy yo? Si aún sientes que te quedas corta comparada con quien tanto admiras, ponte lista y estructura un plan de acción: ¿Por qué no enrolarte en un curso que te ayude a avanzar en tu carrera? La misma estrategia la puedes aplicar para lograr otras metas. Puede ser que no llegues a ser tan bonita como ella, pero no hay ninguna razón para que no mejores tu estilo en el vestir, avives tu prestancia y florezca tu personalidad.
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