Se prepara la Iglesia Católica de Durango para recibir al que será su nuevo Arzobispo, con la conformación de un equipo especializado en su recibimiento.
La intención de este “comité” es organizar todo lo necesario para cuando se presente el momento de la designación y el arribo del nuevo pastor de la grey católica.
Trascendió que la conformación del comité encargado de este recibimiento fue una decisión exclusiva del administrador apostólico, monseñor Juan de Dios Caballero, quien, en un acto de prevención para que no “los agarren de manera sorpresiva”, estará completamente listo para cuando se dé a conocer el nombre de quien vendrá a dirigir los caminos de la Iglesia Católica de Durango.
El responsable directo de este comité es el Pbro. Héctor Frías Ramírez, que a su vez se apoyará en un equipo, donde hasta el momento se sabe que como tesorero estará el empresario Alfredo Valles Vázquez. El resto del equipo se determinará después de un diálogo que tenga el Obispo con las personas que le ayudarán al presbítero.
La información es hermética en este tema, pues la formación de este comité no debe ser del dominio público, sin embargo, se supo que el único objetivo es no cargar toda la responsabilidad en el Administrador Apostólico, para que al momento de saber quién será el próximo arzobispo, ya se tenga todo listo para su recepción, y no porque ya esté próximo el nombramiento.
Cuando se envía un nuevo obispo a una diócesis hay mucho más tiempo de preparación, especialmente porque se tiene que hacer una ceremonia donde se eleve al sacerdote a obispo. Pero en el caso de Durango, donde seguramente enviarán a un obispo ya establecido en otra parte, los cambios se darán de manera muy rápida. Se estima que una vez que el Papa determine quién será el próximo arzobispo, si mucho el cambio se dará en 15 días, para lo cual el comité ya deberá tener todo listo para su bienvenida y recepción.
Se supo que la conformación de este comité no significa “bajo ninguna manera” que ya está muy próximo el nombramiento del nuevo arzobispo para Durango, ya que esta acción es simplemente un acto preventivo, pues nadie tiene acceso al proceso de selección que lleva la Nunciatura Apostólica en México.