El testimonio de Concepción Cabrera viuda de Armida muestra que la Iglesia puede contar con laicos –mujeres y hombres- que asuman sin temores su compromiso cristiano y su vida de fe, dijo el padre Carlos Castro Tello, en el marco de la Semana de Espiritualidad organizada por los Misioneros del Espíritu Santo y la agrupación del Apostolado de la Cruz, en el templo Expiatorio del Sagrado Corazón de Jesús.
La Iglesia no se conforma exclusivamente por sacerdotes, religiosas y obispos, sino que los laicos representan en realidad más del 90 por ciento de las piedras vivas, lo que implica que deben asumir un papel protagónico en la actividad misionera, en la pastoral y en el testimonio de vida de fe, aseveró padre de la Orden de Misioneros del Espíritu Santo.
A pesar de las circunstancias especiales que viven el hombre y la mujer de hoy, con sus sufrimientos, penas, complejos y hasta limitaciones, es posible propiciar un laicado comprometido con fe y entregado a Jesús, como lo hizo Concepción Cabrera, aseveró en una entrevista previa a la clausura de su participación en la Semana de Espiritualidad en cuestión.
“La verdad es que urge que el laico se identifique con las obras de la Iglesia, y que asuma con valentía los retos de aceptar en su interior la presencia del Espíritu Santo”, agregó el padre Castro Tello, cuya participación versó básicamente sobre su tesis “Proceso Humano, Experiencia de Dios en Concepción de la Cabrera”, presentada en la Universidad Pontificia de México.
Este trabajo de tesis pretende abordar la manera en cómo se integró el factor humano con el espiritual-divino, en la vida de Cabrera de Armida, una católica del siglo pasado, quien fue esposa y madre de nueve hijos, además de una laica que asumió con todas sus limitaciones y circunstancias, un encuentro pleno con Jesucristo, comentó.
Dijo que Cabrera viuda de Armida, quien vivió una infancia difícil, con circunstancias especiales, que quedó viuda con nueve hijos y otras situaciones, es un testimonio auténtico que el católico de hoy puede asumir un testimonio de fe y entregada por el apostolado de Jesús.
Actualmente “Conchita”, como la llaman familiarmente en el Apostolado de la Cruz, es un símbolo de la posibilidad de entrega y entusiasmo por los menesteres de Dios, enfatizó el padre Castro Tello en una entrevista con este matutino.