¡Cuánto le debemos a Gregorio Selser! (1922 -1991). Entre otras de sus lecciones, el argentino que residió en nuestro país desde 1976 hasta su muerte, nos enseñó a ver la gran cantidad de presos de conciencia que hay en Estados Unidos. Incluidos muchos mexicanos, a pesar de que no lo comprenda el gobernador de Arizona, Richard Perry.
La mayoría está en condiciones horribles, igual que los talibanes en Guantánamo. A esas injusticias súmele cinco cubanos aprehendidos desde el 12 de septiembre de 1998, quienes han sufrido un juicio terrible ya que se les ha tenido incomunicados, sus defensores no han podido contar con lo elemental para hacer su trabajo y entre sus acusadores hay auténticos terroristas que han puesto bombas en aviones y hoteles de La Habana.
En el libro Con honor, valentía y orgullo encontramos los testimonios de Gerardo Hernández, Ramón Labañino, Fernando González, Antonio Guerrero y René González, estos dos últimos nacidos en EU. Ellos realizaban recolección de información de organizaciones como Hermanos al Rescate y Alfa 66, que tienen entre sus planes no sólo el asesinato de Fidel Castro sino intentan colocar explosivos donde pueden. Auténticos saboteadores, que no son sancionados por las autoridades de EU, sino más bien cuidados para que no se les toque y hasta alentados en el fondo. Ello porque reciben adiestramiento militar en Florida. Es el caso de Rodolfo Fromeda, quien fue arrestado en junio de 1994 por querer adquirir armas de alto calibre para operaciones desestabilizadoras, según un agente encubierto del FBI.
Mientras que los cinco, al decir de Charles Willhem, ex jefe del Comando Sur y Eugene Carroll, de la Defensa en Washington, no obtuvieron ninguna información secreta que pudiera hacer peligrar la estabilidad de los Estados Unidos. Por tanto, no se entiende a qué se debe la reclusión del quinteto. Como ha sucedido, en los últimos años, lejos de informar acerca de la situación de los detenidos, los medios han callado. En una ocasión, comenta Olga Salanueva, esposa de René González, The Miami Herald publicó que el juicio era irreal. Luego de ello, no hubo más noticias en ninguna parte. Excepto la estación de radio Mambi, donde el locutor Arnaldo Pérez, que promueve acciones belicosas, celebró el veredicto del jurado que mantenía en prisión a los citados.
Los medios de comunicación, entonces, no están jugando su papel de informar con amplitud, yendo a fondo en el asunto y dándole voz a los diferentes implicados en el caso. Por cierto, defensores y familiares de los encarcelados, han insistido que el juicio -que se reanudará en el primer semestre del próximo año, donde se escogerá un jurado de 12 personas de 100 propuestas y tres nuevos magistrados- sea fuera de Miami para que no exista una opinión que influya sobre el resultado, algo que se ha hecho en otros casos.
Y ponen como ejemplo que en los pasados galardones Grammy, la ceremonia se trasladó de Miami a Los Ángeles para que asistieran músicos cubanos cuya protección estaba en duda. En síntesis, que este proceso contra los cinco está mal planteado, hay pocas pruebas serias y se ve más como una reacción del gobierno de Bush para ganarse a la minoría cubana en EU que en un libro de Roberto Martín Pérez, titulado: Pusimos la bomba ¿y qué? reivindica el atentado en Barbados contra un avión (1976), donde murieron 73 personas. Como se nota, para George hay terroristas buenos y malos. Los hijos de..., como Anastasio Somoza, son reivindicados una vez más. Selser estaría indignado.