La Jornada
México, DF.- El procurador General de Justicia del Distrito Federal, Bernardo Bátiz Vázquez, aseguró que el multihomicida de la colonia Toriello Guerra, Orlando Magaña Dorantes, tenía pleno conocimiento de los hechos y no actuó bajo presión al asesinar a los cinco integrantes de la familia Narezo Loyola y las dos empleadas domésticas, Margarita Cortés y Cecilia Pacheco.
Las pruebas periciales recabadas así como el perfil psicológico que elaboró la misma dependencia así lo comprueban, indicó.
El funcionario no descartó que la defensa de Magaña, al aportar también como prueba el resultado de un estudio psicológico intente argumentar a favor de Magaña algún tipo de “insania mental”, para hacerlo pasar como un imputable para solicitar en cualquier momento del proceso la exclusión del delito.
No obstante, consideró que el acento principal de la defensa no está en señalar la irresponsabilidad del multihomicida por algún trastorno mental, sino en prolongar el proceso, al haber ofrecido el desahogo de más de 30 pruebas principalmente para interrogar a los testigos, tal vez con la intención de hacer tiempo en espera a que sea detenido el cómplice, Jorge Esteban o Esteva.
Aún en esta situación, Bátiz aseguró que los estudios que se hicieron indican que es plenamente responsable pues tampoco se determinó, según las declaraciones del testigo y único sobreviviente de la masacre, Pablo Quintanilla, que haya sido presionado.
“No tiene ninguna insania, es una persona que estuvo en libertad de hacer lo que hizo y fue plenamente responsable porque ejerció su voluntad sin ninguna presión de ningún tipo”, puntualizó.