NOTIMEX
México, DF.- Dentro de la Iglesia católica mexicana se avizoran cambios importantes, porque en sólo cinco días se dará el proceso de sucesión del presidente y encargados de las 28 comisiones de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), aseguró Roberto Blancarte.
En entrevista exclusiva, el investigador de El Colegio de México (Colmex) enfatizó la importancia del surgimiento de nuevos liderazgos, ante la disyuntiva entre el estilo tradicional y el de inclusión, y el enfrentamiento entre ambos.
“El estilo tradicional se refiere al sentido de profundizar y consolidar las jerarquías establecidas, a través de los arzobispos o cardenales, mientras el otro sería privilegiar un liderazgo que no necesariamente sea de los comunes, sino que su inclusión sea por medio de consensos entre la mayoría del episcopado”.
Entre los principales candidatos para presidir la CEM, Blancarte Pimentel citó al cardenal Norberto Rivera y al Arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez, quienes, dijo, integrarían la línea tradicional.
También señaló como favoritos al arzobispo de Monterrey, Adolfo Suárez Inda, y al obispo de Chiapas, Felipe Arizmendi, último que según el investigador podría no ser de los tradicionales.
Sin embargo, reconoció que el resultado es impredecible, porque en el momento de la votación algún obispo podría proponer a otro candidato, por lo que consideró mejor esperar y no especular.
En otro tema, Blancarte Pimentel habló sobre la publicación del reglamento para la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, en el Diario Oficial de la Federación, luego de 11 años de que ésta entrara en vigor.
“El documento es especie de sustracción porque había muchas expectativas, mismas que no se han cumplido, por la manera de concebir precisamente el Estado y el gobierno”, acotó.
El experto manifestó que en la relación Iglesia-gobierno es distinta al de Iglesia-Estado, porque con la primera el trato pueden variar mucho, y en la segunda no.
Dijo que la publicación del reglamento se hizo para aclarar que está prohibido para funcionarios públicos de cualquier nivel asistir con carácter oficial a las ceremonias de culto público religioso, pero a título personal pueden acudir las veces que quieran.
Agregó que ello va a permitir instalar un órgano sancionador que no existía y que impedía que hubiera sanciones específicas, “una vez establecida, a través del reglamento, la ley podrá aplicarse más cabalmente y aplicar las penas a quien deben aplicarse”.
Blancarte Pimentel aseveró que la relación entre Iglesia y Estado “sigue igual que antes”, pero sostuvo que en la actualidad se puede distinguir con mayor claridad debido al cambio de gobierno. Por otra parte, comentó también que en las últimas décadas hay una especie de resurgimiento de posiciones fundamentalistas por parte de las religiones, debido a la crisis de la modernidad, el fin de muchas utopías.
Estimó que los escándalos en la Iglesia mexicana no han sido contundentes para mermar la credibilidad en la institución, porque la confianza del clero puede moverse un poco, “pero no hacia la institución eclesial, que es una institución de salvación, porque se sabe que está integrada por hombres”.
Para Roberto Blancarte, el peligro actual en El Vaticano, ante el estado de salud del Papa, Juan Pablo II, es el riesgo de la ingobernabilidad, debido a las disyuntivas de la transición política.
“El problema que mucha gente se está planteando no es si el Papa se va a morir o no, sino qué va a pasar si no se muere pronto y pasa a la condición de práctica inactividad, donde cada vez controle menos los asuntos de la Iglesia”.
Al cuestionarlo sobre la postura de sus artículos, aseveró estar convencido de que su actividad profesional no le impide tener opiniones personales, “lo cual me ha llevado a que mi ejercicio y con lo que yo contribuyo sea al mejoramiento de la propia Iglesia y sociedad.
Si no fuera crítico, “no sentiría que estoy aportando, yo tengo un excelente diálogo con muchos obispos, que entienden que no tenemos que estar de acuerdo, para poder dialogar, pues nos sirve a ambos, porque precisamente el diálogo crítico es el que contribuye más”, concluyó.