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MÉXICO, DF.- La práctica de los vendedores o proveedores de bienes y servicios de abrumar y acosar a los consumidores en su domicilio, a través de su dirección electrónica, por correo y por teléfono, se aproxima a su fin o por lo menos quedará prohibida en la ley.
Bastará con que los ciudadanos se inscriban de manera gratuita en el “registro público” de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para evitar recibir publicidad sin su previo consentimiento, establecen los cambios a la Ley Federal de Protección al Consumidor que todavía no terminan de cocinarse en el Congreso de la Unión. Ya fueron aprobados en la Cámara de Diputados y ahora se están puliendo en el Senado.
Todo proveedor que no acate la norma, en este caso particular, podría ser sancionado con una multa que variaría de los 300 mil pesos al millón 200 mil pesos.
El proveedor, antes de enviar su publicidad a los potenciales clientes, tendría que cruzar su base de datos con el registro de la Profeco, para excluir a los consumidores que no quieren recibirla.
De sobra es sabido que en estos tiempos es común que las familias tengan que aguantar la persecución de los vendedores.
Cuando en la casa de usted consumidor suena el teléfono y levanta el auricular lo que escucha frecuentemente no es la voz de un amigo o de un familiar sino la de alguien que le ofrece un bien o un servicio.
Si revisa su dirección electrónica la mayoría de los mensajes son de toda clase de proveedores. Y si checa su buzón, la historia se repite, más ofertas y promociones que mensajes de amistades y familiares.
Con los cambios a la ley, una vez que salgan del Poder Legislativo, se publiquen en el Diario Oficial de la Federación y entren en vigor acabaría el acoso.