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PRI y electricidad

Sergio Sarmiento

“Sólo en el cementerio encontrarás unanimidad total.” Abel Aganbengyan

La semana pasada un importante dirigente del PRI me pidió que estuviera muy atento el fin de semana porque su partido daría a conocer un anuncio muy importante al respecto de las reformas estructurales.

Este pasado sábado, efectivamente, la Comisión Política Permanente del Consejo Político Nacional aprobó sin objeciones —lo cual es notable dado que unos 120 priistas participaron en la reunión— un documento llamado “Criterios para la discusión de reformas del sector eléctrico nacional” elaborado por Óscar González Rodríguez.

Las ambigüedades del documento quedan de manifiesto en los distintos tratamientos que le dieron los medios de comunicación. Algunos señalaron que el PRI se opone a la privatización de la electricidad, otros que el partido deja en manos de los legisladores la decisión sobre la reforma eléctrica y otros más que el PRI abre las puertas a la inversión privada en electricidad, Las tres interpretaciones son posibles porque el documento, en su afán de darle a cada grupo lo que deseaba, termina por dejar el tema en la indefinición.

Por una parte los Criterios plantean que la reforma eléctrica debe promover el desarrollo, garantizar un suministro suficiente y de calidad de electricidad, impulsar el mercado interno, generar empleos y potenciar los recursos públicos para tener un marco financiero más viable que permita atender los rezagos sociales. Detrás de la retórica demagógica parece haber en esto una aceptación de la necesidad de la apertura ya que el sistema actual no ha podido generar esos beneficios.

El documento señala también que el Estado debe mantener bajo su control y operación las redes de transmisión y distribución así como la oficina de despacho del fluido eléctrico. En esto no hay contradicción con la propuesta del presidente Fox, distinta a la del priista Ernesto Zedillo que sí buscó colocar partes de la transmisión, distribución y despacho en manos privadas.

Los Criterios de Óscar González Rodríguez aceptan la importancia de mantener las sustanciales inversiones privadas que se han hecho en generación de electricidad en los últimos años y señalan la necesidad de dar certidumbre a todos los participantes en la industria, tanto público como privados.

El documento, sin embargo, sólo habla de modificar el “marco jurídico”. No señala si esta modificación se debe hacer a nivel constitucional o simplemente en las leyes y reglamentos secundarios que rigen la operación de la industria eléctrica en nuestro país. Esto deja en el vacío una de las partes más importantes de la negociación sobre la reforma eléctrica. La modificación o no de la Constitución es el tema que ha venido dividiendo a los priistas y al país, pero el documento que debe sentar las bases para la decisión de los priistas no la resuelve.

De hecho, los Criterios simplemente le endosan a los legisladores la decisión sobre el tema de la reforma eléctrica. Con esto los dirigentes del PRI no hacen sino reconocer una realidad política: no hay organismo o líder dentro del partido que pueda darle línea a los legisladores priistas sobre su voto en este tema tan controvertido. Pero si al final los senadores y diputados tendrán la última palabra, vale la pena preguntarse si ha tenido sentido hacer todo el esfuerzo que se ha hecho para fijar una posición del partido. El documento rechaza todo intento de privatizar, esto es, de vender las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad o la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Éste es un desplante meramente demagógico, ya que la iniciativa del presidente Fox no considera esa posible privatización. Más inquietante, sin embargo, es la propuesta del documento de poner un límite arbitrario a las inversiones privadas en electricidad y de impedir el surgimiento de un mercado libre entre grandes productores y consumidores, como se ha planteado en la propuesta del presidente. Este documento no da ninguna certeza sobre el desenlace final de las negociaciones en el Congreso para la apertura del sector eléctrico. Sugiere que al final el PRI aprobará algún tipo de reforma, aunque no lo suficientemente fuerte para mantenernos a la par de países como China que han llevado a cabo aperturas más vigorosas. Pese a que tendremos algún avance, hemos perdido una gran oportunidad para volvernos más competitivos. Tendremos que seguir viendo como China nos gana terreno.

Superbanco

La compra de FleetBoston por Bank of America, por 47 mil millones de dólares, creará el segundo banco más importante de Estados Unidos, tan solo detrás de Citigroup. La transacción recalca que el tamaño es un factor cada vez más importante en la competencia bancaria.

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