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Primera batalla/Jaque Mate

Sergio Sarmiento

“La política no es el arte de lo posible. Consiste en escoger entre lo desastroso y lo inaceptable”. John Kenneth Galbraith

El Estado de México es un gran campo de batalla. No es sólo la entidad más poblada del país, con más de 13 millones de habitantes, y la que tiene un mayor número de votantes, por arriba de los ocho millones, sino la segunda en actividad económica después del Distrito Federal. Se trata también, por su diversidad, de una pequeña muestra del país entero: una elección en el Estado de México es siempre una gran encuesta del sentir nacional.

Durante décadas el Estado de México fue un baluarte del PRI y un semillero de políticos priistas con proyección nacional: Isidro Fabela, Adolfo López Mateos, Alfredo del Mazo (padre e hijo), Carlos Hank González, Ignacio Pichardo Pagaza, Emilio Chuayffet, César Camacho y muchos más. Pero hace ya tiempo que este partido ha dejado de tener el monopolio político de la entidad. En la elección presidencial de 1988 Cuauhtémoc Cárdenas del Frente Democrático Nacional se llevó el Estado con 52 por ciento de los votos frente al 30 por ciento de Carlos Salinas de Gortari. En 1999 el priista Arturo Montiel fue electo gobernador con el 41 por ciento de los votos, pero un año después Vicente Fox y su Alianza por el Cambio ganaron el Estado con el 44 por ciento de los sufragios contra el 32 por ciento del priista Francisco Labastida y el 19 por ciento del perredista Cárdenas.

La geografía electoral mexiquense se ha dividido desde hace años entre los tres principales partidos del país. El PAN mantiene un abierto predominio en la zona norponiente de la ciudad de México, en municipios como Naucalpan, Tlanepantla, Atizapán y Cuautitlán-Izcalli. Además controla Ecatepec, el municipio más poblado del país, y la propia capital estatal, Toluca. La presencia del PRD, en cambio, es sólida en el nororiente de la capital federal, ya que gobierna Ciudad Nezahualcóyotl (el segundo municipio del país en población), Texcoco y Los Reyes-La Paz. Buena parte del resto del Estado, y en particular sus zonas rurales, están bajo el control del PRI.

En el Congreso local el PAN consiguió en las elecciones del 2000 el mayor número de escaños: 29 (entre distritales y plurinominales) contra 25 del PRI, 16 del PRD y cinco de partidos pequeños. Pero una maniobra política atribuida al gobernador Arturo Montiel empujó a 13 de los diputados panistas a abandonar su fracción parlamentaria y declararse independientes. Aun así, Montiel ha tenido serias dificultades para impulsar su agenda en una legislatura de 75 curules en la que cuenta con sólo 25 votos de su partido.

Si bien se espera que los partidos conserven en buena medida sus áreas de influencia en los comicios municipales y legislativos del nueve de marzo, la competencia en algunos municipios es muy cerrada. El PRI cuenta en esta ocasión con el apoyo del Partido Verde Ecologista, con el cual ha formado la llamada Alianza para Todos. Ecatepec, donde el panista Ignacio Labra se enfrenta al aliancista Eruviel Ávila, es quizá el municipio donde la batalla electoral es más intensa.

El PAN tiene a su favor la influencia del presidente Vicente Fox, quien mantiene una gran popularidad en el Estado; pero se enfrenta a escándalos como el de Antonio Domínguez, ex presidente municipal de Atizapán, acusado de haber ordenado el homicidio de la regidora María de los Ángeles Tamés. También le afectan los altos sueldos que se han dado a sí mismos algunos presidentes municipales panistas.

El PRI obtiene su fuerza de la figura del gobernador Arturo Montiel, de la personalidad exuberante de su presidente estatal Isidro Pastor y de las organizaciones corporativistas —taxistas, ambulantes, transportistas, burócratas— que lo han sostenido tradicionalmente. Es además el partido que, junto a su aliado el Partido Verde, ha gastado más en publicidad.

El PRD ha recurrido también a las organizaciones corporativistas en las zonas que domina. Pero su fuerza principal radica en la popularidad de Andrés Manuel López Obrador, jefe de Gobierno del vecino Distrito Federal.

El abstencionismo puede desempeñar un papel muy importante en las elecciones del próximo domingo. Se habla de que la mitad de los electores podrían mantenerse apartados de las urnas por distintas razones. Ante lo cerrado de la competencia, esto significa que los más probables vencedores serán quienes puedan sacar a más simpatizantes a votar.

Contra las elecciones

Ignacio del Valle, dirigente de los ejidatarios de San Salvador Atenco, tiene ahora una nueva misión: impedir la realización de elecciones en ese municipio el próximo domingo. Si alguien pensaba que el movimiento contra el aeropuerto era democrático, basta ver su actitud ahora hacia el proceso electoral.

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